El presidente de EEUU, Joe Biden, confirmó este miércoles en una entrevista que las personas que ganen más de 400.000 dólares al año sufrirán un aumento del IRPF con su próximo programa económico, dentro del plan de su Gobierno para abordar la desigualdad, en parte a través de un alza de impuestos a las clases pudientes. "Todos los que ganen más de 400.000 dólares anuales verán un aumento de impuestos que irá de pequeño a significativo", dijo Biden en el programa Good Morning America de la cadena ABC. "Pero los que cobren menos de 400.000 no tendrán que pagar un solo centavo más".
Biden reconoció que era poco probable que recibiera un apoyo de legisladores republicanos para cualquier tipo de aumento de impuestos, pero dijo que confiaba en obtener la unanimidad de los demócratas, que podrían bastar para aprobar un paquete de reformas fiscales como este si usaran el mismo mecanismo legislativo que ya han empleado con la ley de estímulos para el covid-19.
Las declaraciones del presidente, grabadas el martes durante una visita a Pensilvania, muestran las líneas emergentes de su próxima propuesta económica. Animados tras su primer éxito legislativo en una década, los demócratas ahora están planeando un paquete de reformas aún más ambicioso para financiar infraestructura, el cuidado de niños y ancianos y la lucha contra el cambio climático.
Los economistas y analistas predicen que la próxima propuesta costará entre 2 y 4 billones de dólares, compensado con aproximadamente un billón en aumentos de impuestos para pagar parte del gasto adicional. Pero ahora el problema es sacar adelante lo que serían las mayores alzas de impuestos en casi 30 años.
Abordar la desigualdad
Algunos aumentos de impuestos, como anular las bajadas de impuestos aprobadas por Donald Trump en 2017 y aumentar la tasa sobre las ganancias de capital, ya aparecían en el programa electoral de Biden. El presidente ha dicho durante mucho tiempo que quiere que el código tributario funcione de manera más justa y grave tanto las inversiones como los ingresos. Esto implicaría aumentar los impuestos sobre las ganancias de capital, subir el impuesto sobre el patrimonio y garantizar que las empresas paguen más elevando Sociedades, entre otras medidas.
Hasta esta semana, la Casa Blanca de Biden había guardado silencio sobre sus planes fiscales. Pero ahora que el Congreso aprobó el proyecto de ley de ayuda para la pandemia, el presidente y sus ayudantes están comenzando lentamente a desvelar sus ideas.
"El presidente sigue comprometido con su promesa de la campaña de que nadie que gane menos de 400.000 dólares al año verá aumentados sus impuestos", dijo el martes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki. "Su prioridad y enfoque siempre ha estado en que las personas más ricas y las empresas paguen la parte que les corresponde".
Los asesores de la Casa Blanca también están enfatizando que los aumentos de impuestos son necesarios para financiar programas gubernamentales críticos.
"Necesitamos asegurarnos de conectar los puntos entre las necesidades del pueblo estadounidense, asegurándonos de que tengamos sostenibilidad fiscal y que tengamos un sistema tributario que sea justo y equitativo, pero que garantice que tengamos los ingresos que necesitamos para que la Administración cumpla con sus deberes", dijo Heather Boushey, miembro del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca.
