Los apagones continuados que ha sumido a Texas en el caos durante esta semana por culpa de una ola de frío polar están empezando a frenarse, y los los precios de la electricidad se están estabilizando. Sin embargo, el impacto que ha tenido en la población solo se está empezando a ver ahora. Millones de personas siguen con escasez de luz, agua y otros suministros básicos, según los últimos datos.
El Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas, Ercot, el operador de la red eléctrica, dijo este viernes que no había registrado cortes de luz adicionales durante la noche, aunque algunas plantas volvieron a desconectarse de la red. El consumo de energía es mucho mayor este viernes a primera hora que el día anterior, pero la empresa dice que ha restaurado suficiente capacidad de producción para hacer frente a ese nuevo pico de demanda.
Aproximadamente 200.000 hogares y negocios en el estado todavía estaban sin electricidad la madrugada del viernes, según Poweroutage.us, que agrega datos de sitios web de servicios públicos. El gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo en un tuit que cualquier apagón residencial restante se debe a líneas eléctricas caídas o la necesidad de reconectar algunas redes locales al sistema.
Aun así, las consecuencias van más allá de la luz. En muchas ciudades, el frío ha hecho reventar las tuberías, lo que ha dejado a miles de personas sin agua. En la ciudad de Houston, la más grande del país, el ayuntamiento recomendó a los habitantes hervir el agua antes de beberla. Diversas ONG y servicios de emergencia están entregando botellas de agua a los ciudadanos más afectados.
Además, la crisis está sacudiendo al mercado mundial de gas natural licuado. Hasta 10 cargamentos de GNL procedentes de EEUU fueron desviados en las últimas horas para ser usados en Texas, que necesita desesperadamente gas natural para mantener la producción eléctrica en marcha.

A eso se suma una crisis política que afecta a uno de los dos senadores republicanos del estado, Ted Cruz. El político fue cazado viajando a Cancún este miércoles en un viaje de cuatro días con su familia. Ante las críticas que recibió por huir de la ola de frío que afecta a su estado a un lugar caribeño, el senador adelantó su viaje de vuelta al jueves, y explicó que solo iba a "acompañar a sus hijas", que habían reservado una estancia de cuatro días, en el viaje de ida, pero que no tenía pensado quedarse. La aerolínea informó de que su billete de vuelta estaba programado para el sábado, y que no lo cambió hasta después de haber llegado al territorio mexicano.
En las últimas horas, los medios han rescatado tuits del senador en los que afirmaba que "creeré en el cambio climático el día en que se hiele Texas", una descripción muy acertada de lo que ha ocurrido en el estado en los últimos días. La oposición ya le está llamando "flying Ted" (Ted el viajero), una versión del "lying Ted" (Ted el mentiroso) con el que Donald Trump le atacó en las primarias republicanas de 2016.