Un prototipo de una gigantesca aeronave con la que la compañía privada SpaceX, de Elon Musk, quiere transportar seres humanos a la Luna y a Marte explotó este martes durante una prueba, en el que es el segundo intento fallido en casi dos meses. Una imagen que ya ha dado la vuelta al mundo y ha producido un escalofrío en EEUU, al recordar otras explosiones de trasbordadores pero que terminaron con el fallecimiento de astronautas.
En concreto, ha sido el Starship Serial Number 9 (SN9), un prototipo del cohete con el que SpaceX busca transportar hasta un centenar de personas y unas cien toneladas métricas de carga, se estrelló al aterrizar durante una prueba efectuada en la base de la compañía en Boca Chica (Texas). Una explosión que ha recordador la tragedia del transbordador Challenger, que terminó con la muerte de siete personas a bordo, una tragedia que quedó grabada en las retinas de millones de personas que seguían el lanzamiento frente al televisor en todo el mundo.
La tragedia del transbordador Challenger del año 1986
El lanzamiento se había retrasado y hasta se llegó a pensar que no podría efectuarse, pues la temperatura en el momento del despegue era de 2 grados centígrados, la más baja a la que había salido nunca un transbordador de la NASA. Lo cierto, los ingenieros, como se supo después en la comisión de investigación de la tragedia, habían advertido que no debía lanzarse a menos de 11,7 grados centígrados.
Sin embargo, la expectación era máxima en el momento del despegue a las 11:39 hora local (16.39 GMT) del 28 de enero de 1986 en la costa este de Estados Unidos. Apenas un minuto después, pudo verse en directo cómo el Challenger se convertía en una bola de fuego. En el centro de control, en las redacciones y en miles de hogares se frotaban los ojos, no podían dar crédito a lo que estaba pasando. "Obviamente ha ocurrido un fallo mayor", fueron las primeras palabras sobre el suceso de Stephen Nesbitt desde el control de la misión. "No tenemos enlace", dijo a continuación. "Nos informa un oficial de dinámicas de vuelo de que el vehículo ha explotado", añadió poco después.
Las imágenes televisadas de entonces muestran la confusión de los periodistas y los astronautas del centro de control que informaban de la tragedia en directo. Segundos más tarde, puede verse la incredulidad y el profundo dolor en los rostros de los familiares de las víctimas, que habían viajado a Florida para presenciar de cerca el lanzamiento. El Challenger se desintegró poco más de un minuto después de su salida debido a una serie de fallos técnicos en los anillos "O".
La tragedia del Apolo 1
No era la primera vez que morían astronautas en Estados Unidos, en 1967 los tres tripulantes del Apolo 1 perecieron al producirse un incendio en el módulo de comando durante un ensayo en Cabo Cañaveral (Florida). Pero el Challenger tuvo un impacto mucho mayor, en buena medida por la emoción que había despertado en el país ver a una persona común, la profesora Christa McAuliffe, en el espacio.
La competición por llegar a la Luna de Elon Musk y Jeff Bezos
Esa carrera espacial, que tuvo sus desgracias, parece cosa de otra época. Sin embargo, la intención de llegar a la Luna o a Marte ha vuelto a EEUU con más fuerza que nunca y de la mano del sector privado. Así, las compañías SpaceX, de Elon Musk, y Blue Origin, de Jeff Bezos, compiten por ser las elegidas por la Nasa para volver a la Luna en 2024. Por el momento, está siendo Musk quien está ganado la partida, pues un cohete de su empresa ha permitido a una tripulación de la Nasa llegar hasta la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, la explosión de este marte se una también a una larga lista de contratiempos.