Un estudio de la Universidad de Cambridge asegura que hablar con un positivo por coronavirus sin protección y sin respetar la distancia de seguridad puede ser tan contagioso como toser cerca suya, ya que deja en el aire aerosoles con el virus que pueden ser inhalados y, por tanto, provoquen la infección.
Este informe ha sido publicado en The Royal Society por los cinco investigadores que han desarrollado la calculadora de riesgo de contagio de coronavirus en interiores y aportan una clave más en la lucha por conocer el comportamiento del virus en estos entornos en los que la transmisión parece más fácil, dada la importancia de los aerosoles.
En base a los resultados obtenidos, estos expertos aseguran que una persona infectada que habla durante 30 segundos deja aerosoles en el aire que pueden llegar a permanecer una hora y ser incluso más numerosos que los que provocan una tos, siendo en todo caso suficientes para la infección.
La gravedad de la transmisión y las mayores probabilidades de contagio en interiores estriban en que las partículas del virus pueden avanzar a través de gotículas más de dos metros en tan solo dos segundos. En función del tamaño de la gota y de la cantidad de virus que pueda portar, el riesgo será diferente.
Estas partículas de virus quedan flotando en el ambiente, y sin las adecuadas medidas de protección y ventilación, hacen de los interiores unos lugares proclives a los contagios. Por esta razón, los expertos recomiendan llevar mascarillas, respetar las distancias de seguridad y que las estancias se ventilen de manera correcta, atendiendo a la dirección de los flujos de aire y con la frecuencia necesaria para que el aire se renueve.
Hablar es un aspecto vital porque produce partículas más finas que las de la tos y pueden permanecer en el ambiente
Uno de los investigadores, Pedro Magalhaes de Oliveira, declaró a The Guardian que estas premisas son de obligado cumplimiento para evitar los contagios: "Se necesitan mascarillas, se necesita distanciamiento y se necesita una buena ventilación para que estas partículas no se acumulen en un espacio interior y se eliminen de forma segura".
Además, Magalhaes insistió sobre el peligro de las conversaciones sin protección: "Hablar es un tema muy importante que hay que tener en cuenta porque produce partículas mucho más finas (que al toser) y estas partículas, o aerosoles, se pueden quedar suspendidas durante más de una hora en cantidades suficientes para causar la enfermedad".