Boris Johnson, el primer ministro británico, dio por rotas las negociaciones con la UE,el pasado viernes, pero la controvertida Ley del Mercado Interno que supuso la ruptura del acuerdo firmado por los dos bloques llega a la Cámara de los Lores, donde los tories no tienen mayoría, y donde previsiblemente será retocada en sus aspectos más polémicos para enderezar las negociaciones con Bruselas y llegar a tiempo para ratificar un Brexit pacífico.
Las negociaciones del Brexit vuelven a bailar cerca del abismo tras el nuevo choque entre el bloque británico y comunitario. El propio primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, dio el pasado viernes por enterradas las conversaciones para llegar a un acuerdo in extremis para un Brexit pactado. Sin embargo, los caminos de la salida de Reino Unido están siendo inescrutables para ambas partes y el premier se vuelve a encontrar las puertas de emergencia cerradas para escapar de las negociaciones.
Johnson intentó dinamitar el Brexit con la ley del Mercado Interior, que se saltaba el acuerdo firmado por el propio premier con la UE para una salida ordenada y mantener relaciones comerciales con el mercado único, a pesar de dejar vendida a Irlanda del Norte. Pero este lunes surge la oportunidad de quedar enmendada en la Cámara de los Lores, donde los tories no tienen mayoría. Bruselas espera que las partes más lesivas contra el acuerdo sean modificadas para poder retomar las negociaciones.
La Comisión Europea emprendió acciones legales contra Reino Unido tras aprobarse la ley en la Cámara de los Comunes. Según avanza Bloomberg, los Lores no tumbarán el paquete legal de Jonhson, pero sí obligarán a reformar las partes que violentan el Tratado de Salida firmado con la UE, sobre todo las referentes a Irlanda del Norte.
Los retoques deberían obligar a Johnson a retomar las negociaciones con Bruselas. Para muchos analistas la ley de Mercado Interno era una provocación del premier para renegociar las condiciones de Irlanda del Norte, que había quedada desgajada comercialmente del resto del Reino Unido en el tratado de divorcio. El proyecto de ley, que se discute en la Cámara de los Lores, otorga al Gobierno la potestad de reescribir unilateralmente las reglas del comercio con Irlanda del Norte.
Si, como finalmente se apunta, los Lores modifican la ley, está volverá a los Comunes para ser ratificada. En la práctica, supone un impasse y bloquear la posibilidad de un Brexit caótico, la pesadilla recurrente que golpea a Johnson, que casi se vería obligado a dilatar los plazos del Brexit, en contra de su palabra.
Aunque el calendario sigue corriendo, nadie descarta buscar nuevos vericuetos para una fórmula de acuerdo. Los jefes de los equipos del Reino Unido y la Unión Europea (UE) mantendrán una conversación telefónica en los "próximos días". El ministro del Gabinete del Gobierno británico, Michael Gove, dijo ayer domingo que la puerta "está entornada" para continuar con el diálogo. Y el jefe negociador de la UE, Michel Barnier, ha recogido el guante. "La UE sigue disponible para intensificar las conversaciones en Londres esta semana, sobre todos los temas, y en base a textos legales", ha respondido por Twitter.
???????????????? I just spoke to @DavidGHFrost.
— Michel Barnier (@MichelBarnier) October 19, 2020
As stated by President @vonderleyen on Friday, I confirmed that the EU remains available to intensify talks in London this week, on all subjects, and based on legal texts.
We now wait for the UK's reaction.
La Cumbre europea para ratificar la salida de Reino Unido, quedó pospuesta a final de mes, en la que teóricamente es la última oportunidad para que un acuerdo sea implementado a tiempo para fin de año. La siguiente fecha clave será a mediados de diciembre, si no hay acuerdo, para intentar preparar un Brexit caótico, antes de que el 31 de diciembre expire el período de transición del Brexit, que significará el levantamiento automático de aduanas y aranceles.
Las relaciones comerciales entre los bloques quedarían fijadas bajo las directrices de la Organización Mundial de Comercio OMC. El primer ministro británico, Boris Johnson, suele utilizar la expresión "pacto al estilo australiano" como eufemismo para referirse a esta opción de Brexit duro.
Australia no tiene un tratado de libre comercio con la Unión Europea, sino únicamente un Acuerdo Marco de cooperación, tan estrecho que obliga a ambos territorios a que la mayoría de sus intercambios se rijan por las reglas genéricas de la OMC.
En la práctica, este modelo implica anular casi por completo la cooperación comercial entre el Reino Unido y la UE que ha estado vigente durante los últimos cuarenta años.
Las exportaciones e importaciones británicas estarían sujetas a aranceles, las empresas del Reino Unido no tendrían acceso preferencial al mercado único y los bancos británicos perderían su derecho a operar en la Unión.
Entre otros efectos, un arreglo de esas características podría disparar los precios de los automóviles y algunos alimentos como el queso, la leche y la carne en el Reino Unido, además de dificultar el funcionamiento de las industrias ubicadas en las islas británicas con cadenas de montaje que dependen de que sus piezas crucen la frontera sin fricciones.