Las mascarillas de seda son las que más protegen contra el coronavirus de todas aquellas que se hacen con diferentes tipos de tela, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Cincinnati publicada en la revista científica Plos One. Coronavirus, última hora, en directo.
De acuerdo con este estudio, las mascarillas de seda son las más repelen las gotas y aerosoles, una de las mayores fuentes de contagio. Este material es más seguro frente a otros como el algodón o el sintético, y presenta otro tipo de ventajas que le equiparan (o en algunos casos le consolidan como mejor alternativa) a las mascarillas quirúrgicas.
La seda protege mejor contra la humedad, que propicia la proliferación de cualquier virus, y además se puede reutilizar tras su esterilización, lo que supone una enorme ventaja en contextos sanitarios de escasez de recursos que, especialmente en los primeros meses de la pandemia, ha obligado a los profesionales a estirar la vida útil de sus equipos de protección.
"Demostramos que la seda es una barrera hidrófoba para las gotas, puede ser más transpirable que otras telas que atrapan la humedad y son reutilizables mediante la limpieza", señala el estudio, que también hace referencia a un aspecto que a menudo pasa a segundo plano: la mayor comodidad del material haría a los sanitarios más llevadero su trabajo.
"El algodón atrapa la humedad como una esponja, pero la seda es transpirable, más ligera que el algodón y se seca muy rápido (...) Si usaras capas de seda, evitarías que las gotas penetren y se absorban. Un trabajo reciente de otros investigadores descubrió que el aumento de las capas de seda mejora la eficiencia de la filtración. Esto significa que el material de seda puede repeler y filtrar las gotas. Y esta función mejora con la cantidad de capas", sentenciaba hace unos días uno de los investigadores del estudio, Patrick Guerra, en una entrevista al medio especializado SciTechDaily.