Esta semana arrancará la que podría ser la negociación más difícil en la historia de la Unión Europea y crítica para el futuro de la economía española. La Comisión Europea presentará este miércoles su propuesta del presupuesto plurianual para 2021-2027, con la inclusión del fondo para superar la crisis causada por el Covid-19. El "gran estímulo" servirá para dejar atrás la mayor recesión en la historia de la Unión. Además, podría impulsar un salto adelante en la integración europea, y volver a probar que Europa sale reforzada de las crisis, aunque cada vez le cueste más demostrarlo.
La revolucionaria propuesta francoalemana, que los dos principales contribuyentes presentaron el pasado lunes, intentó estrechar la profunda división existente entre los países del norte y del sur. Sin embargo, la contraoferta de "los Cuatro Frugales" (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) este fin de semana augura una "negociación muy difícil", como reconoció el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, en una entrevista con el periódico alemán Welt am Sonntag.
El sábado a las nueve de la mañana, estos cuatro países enviaron al resto de socios y a las instituciones comunitarias su plan para recuperar la iniciativa en el debate, según cuenta una fuente diplomática. A pesar de haber dominado la discusión del próximo presupuesto comunitario a principios de año, todo cambió la semana pasada con la aceptación de la canciller alemana, Angela Merkel, de mutualizar los costes de la recuperación a través de la emisión de 500.000 millones de deuda europea.
La propuesta de los "frugales", a la que tuvo acceso elEconomista, choca frontalmente con la idea de París y Berlín, y complicará más aún la recuperación de los países más afectados, como España. Sobre todo porque proponen dar préstamos, que hincharán la deuda nacional, en lugar de ayudas a fondo perdido, como defendieron París y Berlín. Y exigen ajustes y reformas para acceder a la ayuda europea. El objetivo es lograr un acuerdo para el verano, salvando las enormes diferencias que existen en cuatro puntos cardinales.
¿Ayudas a fondo perdido?
Tras semanas discutiendo sobre la emisión de deuda conjunta (los coronabonos) para financiar la recuperación, España consiguió cambiar el centro de gravedad del debate al proponer que la ayuda se canalizara a través de ayudas directas a fondo perdido (grants) en vez de préstamos. De esta manera, se alejó el foco del siempre difícil asunto de los eurobonos, sin renunciar al verdadero objetivo de los más afectados: mutualizar los costes para salir del agujero.
Francia y Alemania propusieron inyectar el medio billón con transferencias a fondo perdido, en un giro de 180 grados de la posición de Berlín, antes partidaria de préstamos. Más aún, Merkel aceptó que la UE acudiera a los mercados para financiar el estímulo, endeudándose así en una cifra récord. Algunos han interpretado este giro como una tímida apertura hacia los eurobonos, comparándolo con la decisión de EEUU de 'federalizar' la deuda de sus trece colonias en 1790 que lideró Alexander Hamilton.
Los "frugales" se oponen a "medidas que se dirijan hacia la mutualización de la deuda". En su propuesta ofrecen "préstamos favorables a quienes se han visto más afectados por la crisis". La Comisión ha dicho que su intención es canalizar la ayuda tanto a través de transferencias como de préstamos.
El destino de los fondos
La discusión por el uso que se dará a los fondos es aun más enrevesada, porque al choque norte-sur se suman los países del este, no tan afectados por el coronavirus. Estos no quieren que se desvíen recursos de partidas que les benefician, sobre todo los fondos de Cohesión, a mitigar el impacto del virus. Todos coinciden en que la recuperación financie las grandes prioridades de la UE, como la transformación digital y la transición ecológica.
Sin embargo, existen matices debajo del consenso. Francia y Alemania defienden que destinar los fondos a "los sectores y regiones más afectados" por el virus. Los "frugales" piden que se dediquen a "las actividades que contribuyen más a la recuperación, como la investigación y la innovación, la mayor resiliencia en el sector de la salud y garantizar una transición verde que sustente las agendas ambiciosas de la UE en clima, crecimiento y digital". La Comisión, en cualquier caso, ha sugerido que estas serán las áreas prioritarias, aunque se privilegiarán las zonas más afectadas.
Por otro lado, en Europa, el dinero siempre llega con condiciones, como recordó recientemente un diplomático. La pregunta es cuán estrictos serán los requerimientos. Francia y Alemania indicaron que el nuevo fondo se basaría en "un claro compromiso de los Estados miembros con seguir políticas económicas sólidas y una agenda de reformas ambiciosa". Los "frugales" fueron un paso más allá al pedir un "compromiso robusto con las reformas y el marco fiscal".
La Comisión ha avisado que habrá un "claro vínculo"entre los fondos para la recuperación y las recomendaciones que dirigió a los países la semana pasada. Todavía está por ver hasta qué punto condicionarán el acceso. Eso sí, el Gobierno español podría encontrar problemas si deshace reformas como la del mercado laboral y orilla el diálogo social. El Ejecutivo comunitario, que volvió a valorar en febrero el impacto positivo de la reforma de 2012-2013, pidió el pasado miércoles adoptar medidas de apoyo al empleo "tras consultar a los interlocutores sociales".