Bill Gates, fundador de Microsoft y destacado filántropo desde su retirada del negocio, se ha erigido en una de las voces más destacadas en el ámbito de la investigación y, en plena pandemia de coronavirus, su voz es muy escuchada por el papel clave de su fundación en la búsqueda de una solución a una enfermedad que deja cerca de 300.000 muertos en todo el mundo. En esta ocasión, el testimonio de Gates se ha referido a su propio arrepentimiento por no haber conseguido concienciar al mundo del problema que se le venía encima. Coronavirus, última hora, en directo.
En una entrevista a The Wall Street Journal, Gates confiesa haberse sentido "fatal" después de que, hace cinco años, advirtiese de que el potencial gran problema al que se enfrentaba la población era el de una pandemia y que, tras producirse, se haya confirmado la peor de sus sospechas: sus temores no fueron escuchados y la mayoría de los países no estaban preparados para combatirla.
"Ojala hubiera hecho más para llamar la atención sobre el peligro", afirma Gates, que insiste en que la intención al tratar de concienciar sobre ello era que se tomaran medidas para minimizar los daños". Gates se refiere a una intervención en una charla TED Talk de 2015 en la que advertía de que una pandemia sería más peligrosa que una amenaza nuclear. Lo hacía después de hablar con afectados por el ébola, de asegurar a principios de siglo que los primeros coronavirus tendrían variaciones en el futuro e incluso de explicárselo al gobierno estadounidense en 2016.
La opinión de Gates, también difundida en una conferencia en Múnich en 2017, era clara: los sistemas de salud de los países debían prepararse y coordinarse para una respuesta global en cuanto a mecanismos de prevención, movilización de personal sanitario y la puesta en marcha de vacunas masivas.
Y, ya con el coronavirus amenazando a China, en febrero, anticipaba lo que estaba por llegar en un artículo en New England Journal of Medicine: "Se está comportando como el patógeno que aparece una vez cada siglo y que nos tenía preocupados".
La fundación que dirige con su mujer ya ha gastado casi 300 millones de euros y se centra en la creación de viales para la futura vacuna
Con buena parte de los sistemas nacionales de salud afectados y el mundo científico centrado en la búsqueda de una vacuna, el empresario, a través de la fundación que dirige con su mujer, focaliza sus esfuerzos en la ayuda para acelerar el proceso de ese medicamento.
En concreto, la Fundación trabaja con farmacéuticas y gobiernos para la creación de viales, en vista de que, cuando la vacuna esté lista, se necesitarán entre 7.000 y 14.000 millones de viales (en función de si se necesitan una o dos dosis) para poder suministrarla.
Gates ha explicado que la fundación ya ha habilitado una fábrica para la construcción de estos viales y que la comunicación es constante con las farmacéuticas: "Todos los días pregunto si necesitan viales. Puede que la gente lo vea como una parte muy simple, pero nunca se han fabricado 7.000 millones de vacunas". Por el momento, ha invertido cerca de 300 millones de euros y promete aumentar esta cifra en los próximos meses.