Internacional

Argentina anuncia un impuesto del 30% a la compra de divisas y congela las tarifas públicas

  • Anuncia también bonos a los jubilados con pensiones mínimas
Martín Guzmán, ministro argentino de Economía. Foto: Reuters

El nuevo presidente argentino, Alberto Fernández, ha decidido comenzar su mandato entrando de lleno en la crisis del peso. En una rueda de prensa, el flamante ministro de Economía, Martín Guzmán, anunció un endurecimiento del llamado 'peso cambiario'. A partir de ahora, la compra de divisas tendrá un impuesto del 30% adicional. A cambio, el Ejecutivo prometió un congelamiento de las tarifas públicas durante 180 días, para intentar frenar la fuerte inflación que vive el país.

Las medidas anunciadas por el ministro, que se enmarcarán en la llamada "Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva" van más allá de lo que se esperaba. Inicialmente, los rumores aseguraban que se gravarían solo las compras de dólares para viajar al extranjero o importar bienes y servicios por internet (compras por Amazon, suscripciones a compañías como Netflix, etc), con las que ya se cebó el último Gobierno peronista.

Sin embargo, la decisión alcanzará a todas las compras de divisas, incluido el cupo de 200 dólares mensuales que pueden adquirir libremente los ciudadanos para el ahorro personal. Ese recargo, anunció, irá destinado para financiar las pensiones, obras de infraestructura y el turismo local, entre otros.

Subidas de impuestos

A continuación, Guzmán prometió una batería de ayudas. Por un lado, la congelación de los precios de los servicios públicos durante seis meses, tiempo que se usará para debatir un nuevo marco regulatorio. Y, por otro, un bono de 5.000 pesos (75 euros) para los jubilados que cobren la pensión mínima o pensiones no contributivas en enero, a sumar a otro igual que recibirán todos los pensionistas por Navidad.

Para financiarlo, se aumentará entre un cuarto y medio punto el impuesto a la riqueza que se aplica a las personas que tienen más de tres millones de pesos (42.857 euros al cambio oficial), a un rango del 0,50% y el 1,25%, este último a partir de los 257.000 euros. Esta tasa se duplicará para los activos financieros que tengan los argentinos en el exterior, hasta el 2,5%, para incentivar la repatriación de bienes guardados en el extranjero.

También habrá un alza de tres puntos a los impuestos a la soja (del 30 al 33%) y al maíz y al trigo (del 12 al 15%), las principales fuentes de divisas para los diversos Gobiernos argentinos. La actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ya usó a los agricultores como 'hucha' en su anterior etapa como presidenta, y hasta el expresidente Mauricio Macri se vio obligado a recurrir a ellos para amortiguar la fuga de capitales en agosto.

"Tranquilizar a la economía"

Guzmán apeló a la necesidad de aprobar el proyecto en aras de la estabilización de la economía. "Necesitamos proteger a sectores que están en una situación de gran vulnerabilidad", argumentó el ministro, mientras "restauramos las condiciones macroeconómicas que son necesarias para resolver todos los problemas de la economía argentina". "Solo queremos tranquilizar a la economía", insistió.

Las medidas, sin embargo, no tranquilizaron al mercado negro de divisas, que pegó una nueva subida. El llamado 'dólar blue' subió cerca de un 9%, hasta los 73 pesos por dólar, 10 unidades más que en el mercado oficial, donde la divisa estadounidense se cambia por 63 de la argentina. Aun así, se esperan más alzas en los próximos días, hasta acercarse al 30 por cierto de recargo que tendrán las operaciones oficiales si se aprueba el plan del nuevo Gobierno.

El proyecto se enviará al Congreso para su ratificación en las próximas semanas, anunció Guzmán. El Gobierno no tiene la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, en la que depende de los 10 peronistas disidentes que lidera el economista Roberto Lavagna o de un grupo de 'cajón de sastre' que suma a 9 diputados de pequeños partidos provinciales independientes de los dos grandes bandos nacionales.

Pero esta decisión demuestra que el nuevo Gobierno de 'los Fernández' no tiene ideas mucho más diferentes a las aplicadas en las últimas etapas peronistas para estabilizar la crisis económica actual.

Durante el último año, la inflación se ha disparado hasta superar el 50% interanual. El país lleva 2019 en recesión y el valor del peso se ha desplomado en este tiempo, lo que obligó al anterior ejecutivo, de Macri, a reducir al mínimo la compra de divisas y lanzar un programa de estímulos durante la campaña electoral, donde venció Fernández con claridad. Su solución ha sido muy similar a la que habría tomado Kirchner: intervenir el mercado, endurecer el cepo cambiario, subir impuestos y congelar las tarifas, con el riesgo de aumentar aún más el déficit público. Los que esperaran medidas más ortodoxas del nuevo presidente estarán decepcionados.

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