Internacional

Salvini aprovecha su tirón electoral y busca poder para enfrentarse a la UE

  • El líder ultraderechista pide a los italianos "plena autonomía" para ser primer ministro
  • La fecha más probable de las elecciones apunta al 27 de octubre
Matteo Salvini, líder de La Liga. Imagen: Reuters.

Matteo Salvini tiene prisa. El líder de La Liga no se conforma con abrir la crisis del Gobierno que hasta ahora ha apoyado junto al Movimiento 5 Estrellas (M5E). Quiere ir a elecciones anticipadas cuanto antes, posiblemente en octubre. Por esto el viernes anunció que, frente a la actitud del primer ministro Giuseppe Conte y del M5E que quieren ganar tiempo, La Liga presentará una moción de censura para derribar el Ejecutivo que contribuyó a formar hace poco más de un año.

Tras meses de tensiones entre los dos aliados que en junio de 2018 habían pactado formar un Gobierno populista, la crisis se abrió formalmente el jueves con una nota del mismo Salvini que además de secretario de La Liga es vicepresidente de Gobierno y ministro de Interior. "Después de este Gobierno solo hay elecciones. Lo he reiterado al presidente Conte: vamos al Parlamento y reconocemos que ya no hay una mayoría como demuestra el voto sobre el TAV". La votación celebrada el pasado miércoles sobre la alta velocidad ferroviaria entre Turín y Lyon (Francia) -conocida con el acrónimo TAV- en la que el M5E votó en contra de la obra considerada fundamental por La Liga, es solo una excusa.

"Ayer Salvini vino a hablarme y me anticipó que quiere interrumpir esta experiencia de Gobierno e ir a elecciones anticipadas para capitalizar el consenso del que disfruta actualmente su partido" desveló el primer ministro durante una rueda de prensa celebrada el jueves por la noche, en la que invitó Salvini a asumir la responsabilidad de la crisis en el Senado. De hecho el Gobierno populista nació en la primavera del año pasado tras la victoria del M5E en las generales, con el 32,7 por ciento.

La Liga (con el 17 por ciento, resultó primer partido en la coalición de centroderecha) decidió entonces abandonar su histórico aliado, Silvio Berlusconi, y dar vida a un Ejecutivo de coalición. En todo este tiempo el partido de Salvini no ha parado de crecer mientras el M5E se hundía: en las últimas elecciones europeas el partido derechista ha cosechado el 34 por ciento pero no ha tocado techo. Las encuestas indican que ahora la votarían el 37 por ciento de los italianos (36,7 por ciento según YouTrend que ha calculado la media de los sondeos al 1 de agosto). Sumando sus votos a la formación derechista y posfascista Hermanos de Italia, Salvini superaría el 40 por ciento, alcanzando, gracias a la ley electoral transalpina, la mayoría suficiente para presidir el Gobierno. Cabe incluso la posibilidad que La Liga se presente a las generales sin aliados: "Tomamos una decisión con valor. Ahora pido a los italianos si quieren darme plenos poderes para hacer lo que prometimos sin alguien que nos frena",  dijo el líder derechista el jueves anunciando su candidatura como primer ministro.

La popularidad de Salvini no se ve afectada por el escándalo relacionado con una posible financiación ilegal a La Liga, procedente de Rusia. Medios italianos e internacionales han desvelado los encuentros de Gianluca Savoini, asesor de Salvini, en Moscú para obtener dinero y la fiscalía de Milán ha abierto una investigación pero el consenso hacia el partido derechista no parece disminuir.

Conte se resiste

Pero para aprovechar del desgaste del M5E, Salvini quiere medir fuerzas en elecciones anticipadas cuanto antes, posiblemente en octubre. El Movimiento 5 Estrellas no comparte su prioridad y ha anunciado que quiere aprobar antes una de sus promesas electorales: el recorte del numero de diputados y senadores. Por esto Conte, el primer ministro tecnócrata escogido hace un año por el M5E, está intentando ganar tiempo y explicó en su rueda de prensa del jueves que "no le corresponde al ministro del Interior establecer los tiempos de la crisis política". La esperanza de Salvini, según los analistas transalpinos, era que Conte dimitiese ayer sin pasar por un voto del Parlamento.

Frente a la negativa del primer ministro, el líder de La Liga no tuvo más remedio que presentar una moción de censura contra su proprio Gobierno, con la esperanza de acelerar el largo recorrido que la Constitución transalpina prescribe en caso de crisis política.

El Parlamento está cerrado por vacaciones hasta el 20 de agosto, pero la petición de La Liga obligará a reabrirlo durante la próxima semana. "Diputados y senadores levanten su culo y vuelvan al Parlamento" declaró Salvini con su habitual estilo provocativo.

La presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, se reunirá el lunes con los presidentes de los diferentes grupos de la Cámara Alta para decidir cuándo celebrar la votación. En el país transalpino ambas cámaras tiene que votar la confianza al Gobierno y el éxito de la moción de censura al Senado supondría la caída inmediata del Ejecutivo. En estos casos el presidente de la República celebra una ronda de consultas con los principales partidos para comprobar si hay la posibilidad de formar un nuevo Gobierno; si no hay acuerdos posibles llamar a elecciones anticipadas con un plazo de entre 45 y 70 días, aunque para garantizar el voto de los italianos que residen al exterior el plazo mínimo es de 60 días. De ser así la fecha más probable para las nuevas generales podría ser el 27 de octubre.

Caben sin embargo otras posibilidades, aunque muy remotas. El M5E podría buscar un acuerdo con el Partido Demócrata (PD) para aprobar algunas medidas (entre otras el recorte del numero de diputados y senadores) y luego ir a elecciones. Sin embargo de momento el secretario general del PD Nicola Zingaretti descarta esta posibilidad. Esto no significa que Salvini podrá salirse con la suya sobre la fecha de las elecciones.

La incógnita más grande son los tiempos de la política presupuestaria. A finales de septiembre el Gobierno tendría que poner al día sus previsiones económicas, el primer paso para la elaboración de los Presupuestos para 2020. El 15 de octubre es la fecha limite para entregar a Bruselas el borrador de la ley presupuestaria que luego suele ser aprobada por el Parlamento antes de Navidad. Es evidente que unas elecciones anticipadas en octubre alterarían el recorrido de la ley presupuestaria y obligarían muy probablemente a Roma a prorrogar los Presupuestos.

La operación supone varios riesgos y el presidente de la República, Sergio Mattarella, podría pedir que este Gobierno siga en funciones hasta finales de 2019 para llevar a cabo la aprobación de la ley presupuestaria. Otra posibilidad es que Mattarella encargue a un tecnócrata la formación de un Gobierno para llevar el país a elecciones: este Ejecutivo nombrado por el presidente de la República seguiría en funciones incluso si no tuviera la confianza del Parlamento.

Varios analistas indican que se trata de la opción más viable para evitar que el proceso electoral sea gestionado por uno de los principales candidatos, Matteo Salvini que es titular de Interior.

El pulso con Bruselas

En todo caso, en este escenario el peligro principal para Italia es un nuevo pulso con Bruselas: el país acaba de evitar un procedimiento de infracción pero la Comisión le ha pedido seguridad para el año que viene. Además, el Ejecutivo tiene que encontrar por lo menos 23.000 millones de euros para desactivar las cláusulas de salvaguardias. Estas cláusulas -pensadas para ganar tiempo y aplazar de año en año la solución al problema presupuestario- obligan a una subida del IVA si no se obtienen los ingresos previstos a través de otras medidas.

La subida del IVA parece fundamental para evitar que el aumento de los precios provoque una nueva caída de la economía italiana que sigue al borde de la recesión (+0,1 por ciento el crecimiento previsto para este año según el FMI, mientras el Instituto transalpino de estadística acaba de anunciar un nuevo estancamiento en el segundo trimestre del año). Salvini a cambio podría aprovechar la situación y hacer otra campaña electoral al ataque de la UE, como hizo, con éxito, en ocasión de las ultimas elecciones europeas. Además de la mano dura contra la inmigración y del cierre de los puertos (en el ultimo "Decreto de Seguridad" ha propuesto multas de hasta un millón de euros para los barcos que rescatan personas en el Mediterráneo), el líder derechista propone una ambiciosa reforma fiscal que busca reducir a dos los tipos de IRPF -un 15 por ciento hasta los 65.000 euros brutos anuales y un 20 por ciento por encima de esa cifra- con un coste estimado de 30.000 millones de euros anuales.

Salvini ha anunciado que la medida se podría financiar a través de una nueva reforma fiscal, pero no descarta un aumento del déficit. "Queremos meter dinero real en los bolsillos de los italianos, no será una simple reubicación de fondos. Está claro que no podemos estar por debajo del 2 por ciento" declaró esta semana el líder derechista con referencia al déficit para 2020.

La confrontación entre la Comisión Europea y La Liga de hecho ya ha empezado: frente a la petición de la presidenta Ursula von Der Leyen de un tecnócrata de alto perfil como miembro italiano de la Comisión, el Gobierno transalpino -según la prensa transalpina obligado por Salvini - ha indicado tres posibles candidatos, todos políticos y militantes de la eurófoba Liga.

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