
Serveo y Cobra se han impuesto en la pugna por el mayor contrato de conservación de carreteras de España, el de la autopista M-30 de Madrid. El consorcio encabezado por estas dos empresas, y también integrado por Asfaltos Vicálvaro, ha obtenido la mejor puntuación tras la apertura de las ofertas técnica y económica, superando a las otras cinco propuestas recibidas por el Ayuntamiento de Madrid. La formalización de la adjudicación, no obstante, aún ha de superar los trámites habituales en las licitaciones públicas.
La alianza de Serveo, Api Movilidad y Sice, filiales del Grupo Cobra (propiedad a su vez de la france Vinci), y Asfaltos Vicálvaro ha trasladado la mejor oferta técnica, obteniendo la máxima puntuación, de 25 puntos. Mientras, su propuesta económica contempla una baja del 20% con respecto al presupuesto base de licitación del contrato, que asciende a 136,2 millones de euros. De este modo, el importe ofrecido por este consorcio asciende a casi 109 millones.
La parte técnica tiene un peso del 25% y la económica del 35%. A ello se suman las mejoras de acondicionamiento y de equipamiento (19%), medioambientales (14%) y de calidad y seguridad (7%), comprometidas en su totalidad por todos los licitadores.
Además de la propuesta de Serveo, Cobra y Vicálvaro, el Ayuntamiento de Madrid recibió el pasado mes de julio la concurrencia de otras cinco uniones temporales de empresas (UTEs). Son las conformadas por Elsamex, FCC Industrial y Matinsa (del grupo FCC), que ha presentado la mayor baja económica, del 26,05%; Acciona, Ortiz, Sorigué y Padecasa; Grupo Sanjose, Aceinsa y Electronic Trafic; Vías y Construcciones (del grupo ACS), Elecnor y Alvac; y Copasa, Aldesa y Aeronaval de Construcciones e Instalaciones. Esta última, sin embargo, fue excluida por la mesa de contratación por irregularidades en la documentación remitida.
El consorcio de Serveo y Cobra ha hecho valer su experiencia previa en la infraestructura, en la que han realizado trabajos de conservación y otro tipo de actuaciones durante más de 20 años. Fueron filiales hasta 2021 y 2022, respectivamente, de ACS y Ferrovial, empresas que participan en Emesa, la sociedad de mantenimiento y explotación de la M-30 que será relevada tras la decisión del Ayuntamiento de Madrid de cambiar el modelo de gestión de la vía a partir del próximo 1 de enero.
El plan es pasar de la actual sociedad mixta en la que el Consistorio posee el 80% del accionariado a una sociedad 100% municipal. Su formalización se efectuará por la empresa pública Madrid Calle 30, que ejercerá antes de acabe el año la opción de compra sobre el 20% que tienen de Emesa los grupos que presiden, respectivamente, Florentino Pérez y Rafael del Pino.
Se estima que, con el cambio de modelo, el Ayuntamiento ahorre cada año solo en impuestos y aportaciones a los socios privados más de 59 millones de euros, según el informe sobre la valoración de la sostenibilidad y eficiencia del cambio de modelo de gestión de Madrid Calle 30.
El contrato para la explotación y conservación del anillo M-30 y viales asociados, con 32 kilómetros de longitud, tiene un plazo de 36 meses prorrogables por otros 24 meses más. El proyecto se divide en tres prestaciones principales: explotación, conservación de los túneles y conservación de la infraestructura. Con 136,2 millones de euros de presupuesto, se trata del mayor de los cinco contratos en que el Ayuntamiento de Madrid ha dividido el mantenimiento de la M-30 de cara al nuevo sistema.