
Tres meses después de aterrizar en el sector de la movilidad urbana en España, el fondo francés Tikehau Capital redobla su apuesta y se lanza a la adquisición de la firma catalana Aluvisa. La sociedad, en concurso de acreedores desde el verano, gestiona los semáforos, radares y zonas de bajas emisiones de varias ciudades en España y despertó el interés en julio del vehículo galo a través de Eysa, la firma de aparcamientos y gestión del tráfico que compró en mayo.
Según un auto del juzgado de lo mercantil número 3 de Barcelona del pasado 16 de julio, Eysa presentó una oferta por quedarse con todo el negocio español de la compañía con sede en Cornellà de Llobregat (Barcelona). En su propuesta, el grupo se quedaría con los 317 trabajadores que tiene la sociedad en España y pasaría a gestionar contratos como las Zonas de Bajas Emisiones de Barcelona y Valencia, radares en las redes de carreteras de Cataluña y Álava, el alumbrado y el control del tránsito en capitales como San Sebastián y Almería o los semáforos de La Coruña y Sevilla.
La juez Berta Pellicer advierte en su resolución que Aluvisa se encuentra en una situación de "insolvencia inminente", aunque no ha cesado su actividad. La magistrada insta a Eysa a garantizar que mantendrá la actividad de Aluvisa por un plazo mínimo de tres años. Está previsto que la adjudicación definitiva se produzca a lo largo del próximo mes de septiembre.
La oferta de Eysa alcanza los 7,92 millones de euros, que reparte entre 1,5 millones por la compra de la unidad productiva, hasta 5 millones por los pasivos laborales pendientes y 1,36 millones por deudas vencidas con proveedores clave y pasivos con la Tesorería General de la Seguridad Social.
Tikehau deja fuera de su interés todo el negocio internacional de la organización. La principal filial está radicada en Polonia y emplea a 42 personas. Según las cuentas anuales de Aluvisa de 2024, la ruptura de un contrato en Varsovia fue la principal razón de que el pasado ejercicio terminase con unas pérdidas de 33,2 millones de euros.
En el último año, la firma catalana pasó de unas ventas de 78,5 millones y unas ganancias de 3,7 millones a una facturación de 38,5 millones, ligeramente superior a los números rojos. Además, cerró la campaña con un patrimonio neto negativo de 17,2 millones de euros.
La organización trató de renegociar sus obligaciones con la banca y lograr oxígeno para seguir adelante, pero finalmente se vio abocada al concurso de acreedores. En sus intentos de mantenerse a flote, presentó un plan a los acreedores que incluía el despido de toda la plantilla en Polonia, la renegociación de vencimientos y el cierre de algunas de sus filiales internacionales -tiene presencia en Nicaragua, Ghana, Andorra, India y Marruecos-.
Las conversaciones no llegaron a buen puerto y la firma dirigida por Marc Hernández se encamina a ser adquirida así por un competidor y a su vez socio, pues gestionan en una UTE (unión temporal de empresas) las zonas de bajas emisiones de Barcelona y Valencia.
La apuesta de Tikehau por la movilidad en España
Con el acercamiento, Tikehau insiste en su apuesta por la industria de la movilidad en España. El fondo galo adquirió en mayo Eysa, firma de movilidad que era propiedad del fondo HIG Capital y que se encontraba a la venta desde 2024. Lo hizo a través de su último fondo de descarbonización (Decarbonization Fund II), con 1.100 millones comprometidos -su tamaño objetivo es hasta 3.500 millones -y acostumbrado a invertir grandes tickets que llegan hasta los 500 millones.
Entre sus clientes, Eysa tiene al Ayuntamiento de Madrid, la Dirección General de Tráfico (DGT) y el grupo aeroportuario Aena. También tiene presencia en Brasil e India, pero España es su mayor mercado.