
El plan del Govern para redimensionar el aeropuerto de Barcelona tiene como principal objetivo conseguir nuevas rutas directas entre la capital catalana y destinos ubicados fuera de Europa. Aunque no será una tarea fácil. En un encuentro celebrado ayer con periodistas, la consejera de Territorio, Sílvia Paneque, reconoció que hoy por hoy no se cuenta con ningún nuevo servicio transoceánico para cuando entre en servicio la tercera pista ampliada.
El gobierno autonómico sí detalló que trabaja en una veintena de destinos de largo radio incluidos en el plan estratégico del Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas de Barcelona (CDRA). Este órgano cuatripartito, formado por la Cámara de Comercio de Barcelona, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Barcelona y Aena, es el verdadero muñidor de las conexiones transoceánicas que operan en El Prat.
Actualmente, el CDRA tiene sobre la mesa 20 conexiones estratégicas. Estas son: Tokio, Nueva Deli, Cantón, Xi'an, Chengdu y Chongqing (todas ellas en Asia); Houston, Denver, Orlando, Charlotte, Phoenix, Austin, Detroit, Vancouver y Guadalajara (América del Norte); Lima, Cali, Guayaquil, Río de Janeiro y Montevideo (América del Sur).
Por el momento, la Generalitat tiene puestas sus esperanzas en el Lejano Oriente. De hecho, en un reciente viaje institucional a Japón, el presidente Salvador Illa abogó por un vuelo directo entre Tokio y Barcelona. El dirigente añadió que se estaban llevando a cabo conversaciones para atar este enlace, aunque no mencionó que las mismas negociaciones ya se llevaron a cabo por sus predecesores sin éxito. Pese a ello, es cierto que El Prat ya tiene trayectos sin escalas con varios destinos asiáticos como Pekín y Shanghái (operados por Air China), Shenzhen (Shenzhen Airlines) y Hong Kong (Cathay Pacific).
Barajas, adversario
Uno de los problemas que tendrá el CDRA para atraer nuevas aerolíneas o rutas a la Ciudad Condal será la competencia de Madrid. Sin ir más lejos, Barajas actualmente ofrece ocho destinos asiáticos frente a los cuatro de El Prat. Otro tanto ocurre con las urbes situadas en EEUU o Hispanoamérica, hoy mejor conectadas desde Madrid.
Las fuentes consultadas indican, sin embargo, que la oferta llega cuando existe la demanda. Cuando el aeródromo barcelonés disponga de unas infraestructuras adaptadas a las exigencias de la conectividad global, las líneas aéreas estarán interesadas en despegar desde Cataluña, máxime teniendo en cuenta el polo económico creado en Barcelona en torno a sectores como las ciencias de la vida y la tecnología.
Otra dificultad añadida en el caso de las ciudades ubicadas en Corea del Sur, China y Japón estriba en la imposibilidad de sobrevolar Rusia mientras persista su conflicto armado con Ucrania, lo cual obliga a desviar las aeronaves y, por ende, a complicar la rentabilidad de los trayectos. Si bien esta situación se espera que se haya normalizado cuando la tercera pista esté renovada en la próxima década.
Por otro lado, la remodelación del aeropuerto mejorará su oferta comercial de otras maneras. La disponibilidad de una pista más larga permitirá incrementar las frecuencias semanales ofrecidas actualmente por las aerolíneas, así como disminuir la estacionalidad de la infraestructura, que concentra su operativa en la temporada alta. De estas posibilidades se verían beneficiados los vuelos a capitales como Hong Kong, San Francisco, Buenos Aires y São Paulo.
En 2024, las instalaciones aéreas superaron los 55 millones de pasajeros, el máximo técnico planteado cuando fue diseñado el aeropuerto. Pese a este récord, la operativa se halla por debajo de su óptimo. La infraestructura tiene permiso para gestionar 90 operaciones por hora, aunque hoy apenas llega a las 85. "Ahora mismo, el aeropuerto es ineficiente", señalaron las autoridades. La ampliación también cerraría esta brecha.