
TSK ha arrancado el presente ejercicio cosechando importantes éxitos de contratación en dos de sus regiones prioritarias, Centroamérica y Oriente Medio. Desde enero, la ingeniería asturiana ha sumado proyectos por un importe próximo a los 2.000 millones de euros. Con ello, la compañía que lideran Sabino García Vallina, como presidente, y Joaquín García Rico, como consejero delegado, impulsa con estas obras su cartera hasta el entorno de los 3.000 millones de euros, lo que supone la cifra más alta de su historia.
Entre los contratos conseguidos por TSK en este inicio de año, destacan varios ciclos combinados en Centroamérica y Caribe y en Oriente Medio. Las adjudicaciones posicionan a la compañía en el camino para cumplir su objetivo de al menos duplicar su tamaño en los próximos años, hasta alcanzar los 2.000 millones de euros de ingresos.
Para lograrlo, la firma pretende reforzar su capital con la entrada de nuevos inversores que proporcionen el músculo financiero necesario. En este sentido, ha contratado como asesores financieros a Banco Santander y a la entidad estadounidense Stifel Financial Corp. Calibrarán el apetito de inversores industriales y financieros. El negocio energético en el que está especializado TSK despierta un elevado interés entre operadores de Estados Unidos y fondos soberanos de Oriente Medio. A este respecto, la compañía ya habría recibido acercamientos por parte de PIF (Arabia Saudí), QIA (Qatar) y Adia (Emiratos Árabes Unidos). La familia García Vallina está abierta a vender tanto una participación minoritaria como de control. La valoración de la empresa que se estima en el mercado asciende a entre 500 y 60 millones de euros.
Por el momento, TSK ha reforzado su balance en las últimas semanas con varios acuerdos para desinvertir en proyectos renovables. En concreto, ha traspasado al fondo mexicano Ainda el 85% del complejo fotovoltaico Las Ánimas II y Versalles, en México, a cambio de 100 millones de dólares (92 millones de euros), deuda incluida. Ingresará por esta operación 55 millones de dólares (50,7 millones de euros). Asimismo, ha llegado a un acuerdo para transferir a un fondo israelí el 10% de la planta termosolar Negev Energy, en Israel, por unos 30 millones de dólares (27,7 millones de euros).
Adicionalmente, espera cobrar la totalidad de los 114 millones de dólares (105 millones de euros) que Avanzalia tiene que pagarle por la financiación de una planta solar fotovoltaica de 150 MW en Penonomé (Panamá). Todo ello permitirá a la empresa asturiana reducir deuda y generar recursos para su crecimiento.
TSK cerró 2024 con unas ventas de 1.012 millones de euros, lo que supone una rebaja del 20% con respecto a los 1.265 millones de 2023, aunque se trata de la segunda mayor cifra de siempre. El resultado bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 65 millones, un 17,7% menos que los 79 millones de 2023. De este modo, mejoró el ratio de ebitda sobre ventas en el último ejercicio.
La compañía cerró 2024 con una cartera de obra pendiente de ejecutar de alrededor de 1.000 millones de euros, pero con los nuevos contratos a 28 de febrero la cifra superaba los 2.500 millones y ahora ya se aproxima a los 3.000 millones, según indican desde TSK. De este modo, la firma tiene asegurada carga de trabajo para los tres próximos años. Para ejecutar la cartera trabaja en la concesión de avales con la banca.
Estrategia
TSK diseña y construye plantas energéticas, instalaciones renovables y centros de datos. En su nueva estrategia abundará en la reducción de riesgos en su cartera mediante alianzas y otros contratos de colaboración con socios y tecnólogos y en la rentabilidad operativa de los proyectos (control de costes, plazos y tesorería). Su objetivo es duplicar su tamaño desde el entorno de los 1.000 millones de ingresos actuales hasta los 2.000.