Infraestructuras y Servicios

Acciona, FCC, Ferrovial y Sacyr pugnarán con Mota por el segundo tramo del 'AVE' luso

  • Perfilan sus ofertas para el trazado Aveiro-Soure, con un presupuesto de 2.000 millones
  • Confían en que los 'números' encajen tras el fiasco de la primera licitación entre Oporto y Aveiro 
Imagen de Oporto

Acciona, FCC, Ferrovial y Sacyr volverán a la carga para tratar de entrar en el que emerge como uno de los mayores proyectos de infraestructuras que hay en ciernes en Europa: la línea de alta velocidad de Portugal que conectará Oporto y Lisboa y que se instrumenta a través de asociaciones público-privadas.

Los cuatro grupos españoles están trabajando para presentar sus ofertas para la licitación de un segundo tramo, dentro de la primera fase, del 'AVE' luso, que contempla el diseño, construcción, financiación y posterior operación y mantenimiento del trazado entre Aveiro y Soure. El presupuesto de esta iniciativa se aproxima a los 2.000 millones de euros y la presentación de las propuestas está fijada para el próximo mes de enero.

Las constructoras españolas estudiaron con máximo interés el concurso del primer tramo, entre Oporto y Aveiro, pero las condiciones económicas que el Gobierno de Portugal impuso diluyeron su apetito hasta el punto de que el pasado verano únicamente un consorcio liderado por Sacyr trasladó una oferta que, sin embargo, no fue tramitada correctamente y quedó invalidada.

De hecho, la presentó sin excesivas pretensiones debido a las dudas sobre la viabilidad financiera en los términos establecidos por Infraestructuras de Portugal (IP), el organismo que promueve el proyecto. No en vano, el pliego del contrato recogía una inversión para obras de aproximadamente 1.000 millones de euros y las estimaciones del sector privado, con los costes de mercado, apuntaban a unas necesidades cercanas a los 1.800 millones.

Consorcios estables

Al margen de la propuesta fallida de Sacyr, únicamente concurrió al proceso un consorcio liderado por la principal constructora lusa, Mota-Engil, y del que también forman parte las firmas locales Teixeira Duarte Casais, Conduril, Gabriel Couto, Alves Ribeiro y Lineas-Concessões de Transportes -ésta participada por el fondo de infraestructuras español Serena Industrial Partners-. El Ejecutivo luso validó la adjudicación a esta UTE (unión temporal de empresas).

Ahora, con el segundo tramo de la línea de alta velocidad entre Aveiro y Soure se abre una nueva oportunidad para las constructoras españolas y, de acuerdo con fuentes conocedoras, la Administración portuguesa ha atendido en este caso las demandas del sector para que las cifras económicas encajen y la concurrencia sea mayor que en la licitación del primer tramo.

En este sentido, y a falta de conocer los detalles finales, al menos dos consorcios con acento español prevén participar en el proceso, de acuerdo con fuentes del mercado conocedoras. Se trata de dos alianzas que ya se habían forjado para el primer concurso. Así, por un lado, Sacyr, que es dueña de las constructora lusas Somague y Neopul, mantiene su asociación con las portuguesas DST (Domingos da Silva Teixeira) y ACA (Alberto Couto Alves) Engenharia & Construção. El propio Manuel Manrique, presidente de Sacyr, mencionó el pasado miércoles el 'AVE' de Portugal como una de las iniciativas que el grupo tiene en el punto de mira. Y, por otro, Acciona, FCC y Ferrovial planean pujar juntas en una UTE que ya crearon para la primera licitación -aunque no ofertaron-.

Enfrente tendrán con toda probabilidad a Mota-Engil y sus socios. Hay otras firmas que están igualmente interesadas en participar y han planteado distintas alternativas. Es el caso de la concesionaria portuguesa Ascendi, propiedad del fondo de infraestructuras francés Ardian, si bien por ahora se desconoce si ha logrado incorporarse a algún consorcio o conformar uno. El año pasado Ascendi llegó a un acuerdo con la italiana Webuild, la andaluza Azvi, el fondo británico John Laing, la ingeniería local Tecnovia y el fondo luso TIIC para constituir una UTE. Sin embargo, la retirada de Webuild provocó su disolución.

También las españolas OHLA y Comsa unieron fuerzas con las francesas NGE y TSO, especializada en el mantenimiento y construcción de todo tipo de ferrocarriles, pero decidieron desistir en la primera licitación y en el mercado enfrían la posibilidad de que en esta segunda vayan a participar.

El Gobierno de Portugal ha dividido en tres fases el desarrollo de la línea de alta velocidad entre Oporto y Lisboa, cuyo presupuesto total se eleva a 8.000 millones de euros, 3.000 millones más que el cálculo inicial. El objetivo final es extender la infraestructura hasta Vigo y conectar así Portugal con Galicia. Con una longitud de cerca de 300 kilómetros, permitirá conectar las dos principales ciudades del país en una hora y 15 minutos, rebajando a menos de la mitad el tiempo que se tarda con la línea ferroviaria actual (2 horas y 49 minutos).

La segunda fase del proyecto de la conexión Lisboa-Oporto abarca el contrato entre Soure y Carregado, cuyo concurso verá la luz en 2026 y su ejecución se extenderá de 2027 a 2032. Con ello se recortará el tiempo a una hora y 19 minutos. Por último, la tercera fase, entre Carregado y Lisboa propiciará que el viaje se limite a una hora y 15 minutos.

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