Empresas españolas compiten por participar en el plan ferroviario israelí. El país cerró esta misma semana el plazo para presentar ofertas por construir la línea de tranvía que unirá las ciudades de Haifa y Nazareth y entre los cuatro consorcios que oficializaron su candidatura sobresalen tres compañías de España. El fabricante de material rodante vasco CAF lidera una de las propuestas de la mano del grupo local Saphir y las catalanas Comsa y Moventia -a través de su filial Moventis- participan en otro conglomerado con Dan, Danya y Skoda Transportation. El valor del contrato en juego asciende a 1.200 millones de euros, según los tipos de cambio actuales.
El plazo otorgado por el Ministerio de Transportes israelí terminó esta misma semana después de que el año pasado ya se abriera un proceso previo para presentar las muestras de interés preliminares, como ya avanzó elEconomista.es. De los seis consorcios que se formaron entonces, cuatro han reafirmado su interés por hacerse con la línea de ferrocarril, que tendrá 41 kilómetros de largo y 20 estaciones y espera 100.000 pasajeros diarios.
De este modo, Comsa y Moventis se aliaron con las constructoras israelís Dan y Danya Cebus y con el fabricante de trenes Skoda –una sociedad diferente de la automovilística-. En el conglomerado, inicialmente estuvo la operadora Globalvia, aunque decidió retirarse ya hace un año y fue sustituida por la filial de Moventia, empresa inmersa en una estrategia de internacionalización.
Un grupo liderado por Alstom y otro por Stadler y la constructora local Shikun son la alternativa a las propuestas españolas
Las dos firmas catalanas competirán con otro consorcio con presencia española. CAF, que ya se adjudicó obras en el país, va de la mano de la constructora israelí Saphir. Esta alianza ya se ha adjudicado la línea verde del tranvía de Jerusalén y obras por valor de 1.000 millones –la mitad para el grupo vasco- en el tranvía de Tel Aviv.
En frente tendrán otras dos propuestas, la formada por Alstom y las constructoras israelís Electra y Minrav Holding y la que aglutina a Stadler, Hitachi, la constructora Shikun y el operador local Egged. En cambio, se retiraron las proposiciones lideradas por capital chino, como China Railway Group Limited.

La obra del norte del país está estructurada en dos partes. En primer término, la agrupación adjudicataria deberá construir la infraestructura necesaria para el tranvía. Los trabajos deberían comenzar el año que viene para que los convoyes puedan empezar a circular en 2028. En una segunda parte, el consorcio ganador también se asignará la concesión de la operativa por un periodo de 25 años. Ambas cosas están en juego en la misa licitación.
El tranvía de Jerusalén, el antecedente
La línea de ferrocarril no es el único concurso que se disputan Comsa y CAF en territorio israelí. El año pasado, ambas presentaron sus ofertas para construir la línea azul del tranvía de Jerusalén, con un valor de 4.200 millones de euros y que debería estar operativa también en 2028. La compañía vasca se alió con su socio habitual en el país, Shapir, con el que ya se adjudicó parte los trabajos de la línea verde, la última que salió a concurso, en 2019. Mientras, la firma catalana va de la mano de Danya Cebus.
Sin embargo, el procedimiento avanza más lento de lo esperado. en un primer momento. La resolución se esperaba para finales de 2022, pero a fecha de hoy el Ministerio de Transportes todavía no se ha decantado por ninguna de las propuestas presentadas.
La obra es uno de los proyectos de infraestructuras más grandes que hay ahora mismo en el territorio. Sumará 53 estaciones a lo largo de sus 31 kilómetros de longitud, que irá desde el barrio de Gila, en el sur de Jerusalén, hasta el asentamiento de Ramot, en el norte de la ciudad. Sería el debut de Comsa en el país. Por el contrario, CAF ya tiene experiencia.
CAF ya construye la línea verde del tranvía de Jerusalén
Precisamente la presencia de CAF en Israel le ha acarreado varias críticas. Amnistía Internacional le pidió que abandonase el proyecto de la línea verde debido a que parte del recorrido del tren incluía zonas de Jerusalén Este, territorio anexionado por Israel en 1980. La ONG califica de ilegal la ocupación, que implicó el desalojo de los residentes palestinos.
De hecho, han convocado una protesta para este sábado con motivo de la junta de accionistas del fabricante vasco en oposición a la obra que ya construye.
También el comité de empresa de CAF en Beasain –donde el grupo tiene sus oficinas centrales- y el sindicato LAB le pidieron renunciar al contrato.