
La guerra comercial entre Estados Unidos y China no dejará indemne las estructuras comerciales de ninguna de las principales regiones desarrolladas del globo, dado la envergadura de la potencias en conflicto y su peso en el flujo de bienes a nivel internacional. Ello, y que serán ambos, tanto EEUU como China, serán los países más perjudicados parece claro según los estudios emitidos por diferentes organismos internacionales, pero la onda expansiva dejara víctimas colaterales, y la UE será una de ellas.
En este sentido, parece que entre los colaterales la industria automovilística será el sector más afectado. Según un informe publicado recientemente por el Banco Central Europeo (BCE) sobre las Consecuencias económicas del creciente proteccionismo: perspectiva de la zona del euro y perspectiva mundial, esta arista del sector productivo de los Estados Unidos aumentaría su valor añadido en un 12% (0,1% del valor añadido nominal de los Estados Unidos), al igual que Canadá y México (14 y 10% de aumento del valor añadido, respectivamente). En términos de valor añadido, los sectores del automóvil japonés y de la zona del euro sufrirían una pérdida de alrededor del 10 y el 4%, respectivamente.
Si embargo, el BCE advierte de que "los aranceles de represalia y el aumento de los precios de los insumos podrían afectar a otros sectores en los Estados Unidos, compensando así el efecto positivo derivado de los aumentos de la competitividad de los fabricantes de automóviles" de la primera potencia del globo.
En este sentido, el Banco de España también atisba un "impacto reducido" de los aranceles actuales y de posibles medidas adicionales sobre el PIB agregado del área del euro en su informe en su informe publicado esta misma semana sobre Las recientes tendencias proteccionistas en el ámbito comercial y su impacto sobre la Unión Europea si bien apunta a desequilibrios al igual que el BCE en el sector de los vehículos motorizados y compuestos.
Así, los efectos de eventuales restricciones a las importaciones de vehículos serían más acusados a nivel del sector y en algunos países específicos. En el largo plazo, las medidas proteccionistas estadounidenses a las importaciones de vehículos podrían reducir significativamente el valor añadido de la industria automovilística en varios países europeos, siendo las economías más afectadas Austria, Alemania y Hungría, donde el valor añadido por el sector automotriz se contraería, respectivamente, en un 6,9 , un 4,7 y un 4,5%. Este volumen de pérdida se situaría alrededor del 3% para el conjunto de la UE -rebajando en un punto porcentual el daño previsto por el BCE-, lo que indica un impacto significativo de los aranceles a los vehículos a nivel sectorial. En España, el efecto sería más limitado, con una contracción del 1,7%, pues los vehículos constituyen un porcentaje significativo de las exportaciones totales de bienes 17,3%, pero las dirigidas a Estados Unidos solo representan una fracción limitada, concretamente del 1,7%.
La losa de la incertidumbre
De estos datos se desprende que el área del euro no es, en principio, el foco principal de la política proteccionista comercial desarrollada por la Administración Trump, más centrada en China, ni se verá fuertemente afectada por las medidas aprobadas o, incluso, por las anunciadas hasta ahora. No obstante, el impacto de dichas medidas podría intensificarse si vinieran acompañadas de efectos sobre la incertidumbre y la confianza más acentuados. Por otra parte, la posible imposición de barreras arancelarias al sector del automóvil por parte de Estados Unidos podría tener efectos más adversos de los previstos a través de las cadenas de valor europeas y, en cualquier caso, afectaría severamente a algunos países del área euro.
Precisamente, la misma advertencia que lanza el BCE al asegurar que "los efectos sobre la confianza o los efectos de la incertidumbre con respecto a la industria del automóvil que no se han tenido en cuenta podrían tener un impacto más negativo en la economía mundial".
Cabe recordar que Estados Unidos y Europa mantienen vínculos comerciales muy estrechos. La UE supone, en conjunto, el mayor mercado de exportación para los productos industriales de Estados Unidos, que a su vez representa el mayor mercado de exportación de la UE. Para esta última, son particularmente importantes las exportaciones de vehículos a Estados Unidos (el 13% de las exportaciones totales a este país), mientras que para Estados Unidos resultan especialmente significativas las exportaciones de aviones a la UE (10,6% del total). De este modo, en algunos sectores como los vehículos y la maquinaria, Estados Unidos tiene un déficit comercial bilateral notable.
Leve erosión del crecimiento
En este sentido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que las medidas actualmente en vigor tendrían un impacto limitado sobre el PIB mundial, que implicaría una disminución del 0,11% con respecto al escenario base de 2019 y del 0,12% en el largo plazo, si bien los efectos en Estados Unidos y en China serían más pronunciados. Si bien este nivel podría incrementar ante una mayor escalada de la tensión y un incremento de los aranceles.
Aunque en el corto plazo las medidas actuales podrían aumentar levemente las exportaciones de las empresas europeas a Estados Unidos y a China en los sectores afectados por los aranceles bilaterales, el impacto sobre la actividad en el área del euro sería muy modesto (del 0,04% en 2019) y se volvería prácticamente nulo en el largo plazo, una vez que los consumidores estadounidenses y chinos reorienten al interior su demanda.