Industria

La ambición de la Armada que surcará los mares: España tendrá el cuarto portaviones de Europa escoltado por dos buques de asalto anfibio

  • El almirantazgo ha encargado un estudio a Navantia
  • El portaviones tendrá las dimensiones de Charles de Gaulle
  • España podrá cortar lazos con EEUU para disponer de cazas aeronavales

Navantia, el astillero público, estudiará el desarrollo del primer portaviones convencional de la historia de España. En la presentación del monográfico de Infodefensa sobre la situación de la marina de guerra española, el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada soltó una noticia de importancia capital para el futuro de la defensa española. El objetivo es que la fuerza naval del país cuente con tres portaeronaves en servicio: uno 'puro' capaz de lanzar cazas de combate aeronavales de despegue convencional y dos buques de asalto anfibio con capacidad de despliegue de helicópteros y aviones con sistema de despegue-aterrizaje vertical. Actualmente, España tiene un navío de este último tipo: el LHD Juan Carlos I, botado en 2008.

Portaviones Charles de Gaulle, buque insignia de la Marina francesa / Wikimedia.

Si el Gobierno finalmente decide construir un portaviones, España será el tercer país de Europa con capacidad de asalto aeronaval pesado. Los únicos países aliados que poseen portaviones convencionales son Reino Unido, que cuenta con los HMS Queen Elizabeth y HMS Prince of Gales, y Francia, que tiene el Charles de Gaulle, buque insignia de la Marine Nationale y el único propulsado por un reactor nuclear del continente. Rusia posee solo el Almirante Kuznetsov, un buque de la era soviética que lleva en reparaciones ocho años, sin vistas a ser reincorporado a corto plazo.

Tríada marina

La punta de lanza aeronaval de España es el buque de asalto anfibio LHD Juan Carlos I. Este tipo de navíos están pensados para realizar asaltos a tierra con apoyo de helicópteros y cazas de combate de despegue y aterrizaje vertical. El Juan Carlos I consta de una plataforma de 231 metros de eslora y 27.000 toneladas. El dique inundable permite almacenar lanchas y vehículos anfibios. El navío puede transportar 900 infantes de marina y hasta 46 carros de combate.

El objetivo inicial de la Armada era ampliar las capacidades estratégicas con hasta dos buques anfibios más. Sin embargo, la deriva de Trump ha forzado a modificar los planes de las Fuerzas Armadas de España. Aunque el almirantazgo no lo ha especificado, las fuerzas navales se encuentran en una encrucijada: los actuales cazas que sirven en el Juan Carlos I, los AV-8B Harrier II, deben ser jubilados a finales de esta década. El único sustituto competente en el mercado occidental es el estadounidense F35 Lightning II en su variante B.

El desarrollo de un portaviones convencional, con pista media, sistema de catapulta electromagnética o rampa de proa, y red de cables de parada permitiría a España contar con una serie de aviones europeos con los que modernizar su flota aeronaval: los franceses Dassault Rafale M, los Eurofighter Typhoon y suecos Sea Grippen (estos dos últimos modelos si finalmente son modificados para portaviones).

El plan de desarrollo de un portaviones español con las características indicadas necesitará años para implementarse y otros tantos para ser ensamblado. Las previsiones más optimistas no esperan la botadura del buque hasta 2040. No obstante, el aumento de la inversión militar hasta el 2,1% del PIB o incluso el desarrollo en programas europeos conjunto podría acelerar los plazos.

Portaviones británicos HMS Queen Elizabeth al frente y HMS Prince of Wales al fondo / Royal Navy.

El portaviones español tendrá varias características en las que fijarse de los buques británicos y francés que podría implementar:

  • De los navíos británicos se encuentra el diseño de una rampa de subida en la proa de la pista para impulsar los lanzamientos; así como el sistema de doble puentes: uno para el control aéreo y otro para la gestión del navío.
  • Del francés, la posibilidad de integrar un reactor nuclear y unas dimensiones algo más pequeñas que sus hermanos británicos. Además, Navantia podría implementar un sistema de doble pista de despegue para acelerar los lanzamientos.

El desarrollo de los tres buques permitirá a la Armada contar siempre con al menos dos navíos en servicio mientras el tercero se encuentra en mantenimiento.

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