
Altas expectativas en Duro Felguera a falta de horas para que expire la prórroga al preconcurso que solicitó la compañía en diciembre del pasado año. La ingeniería asturiana busca a la desesperada la forma de evitar la entrada en concurso y prepara ahora el nombramiento de un experto en reestructuraciones, un árbitro que sea el encargado de dictar el futuro de la compañía, después de haber solicitado tiempo extra ante el Juzgado de lo Mercantil nº 3 de Gijón. La firma con más posibilidades para llevarse el encargo es Lexaudit, después de que su nombre cuente con el visto bueno de la empresa y de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), según explican distintas fuentes consultadas por 'elEconomista.es'.
Su candidatura tiene ventaja frente a la de otros cuatro candidatos que han sido sondeados en las últimas semanas para que presentaran sus credenciales. EY, Abencys, Auren y Vest Partners figuran en la lista para esta misión -también Crowe, que no llegó a presentar oferta-, si bien tiene más enteros la firma con sede en Barcelona conocida por su papel en la reestructuración de la siderúrgica Celsa, la primera gran operación de este tiempo que tuvo lugar bajo el paraguas de la nueva Ley Concursal, y otras de renombre como las de los gimnasios Forus, Codere o Telepizza. La SEPI, Duro Felguera y Lexaudit declinaron hacer comentarios.
Este experto deberá certificar la tipología de acreedores que hay en la compañía y asegurar que el acuerdo al que se lleva a cabo suma las mayorías suficientes para imponerse a quienes no lo apoyen, en el supuesto de que no tenga el visto bueno de todas las partes. Otro de sus roles puede ser dar un valor al capital de la compañía, tarea que debe llevar a cabo si el plan acordado no es de consenso y si, por tanto, hay alguien legitimado para imponer el plan.
La empresa, por su parte, tiene también por delante varias tareas que resolver. La más urgente es convencer al juez de que es necesario extender el preconcurso hasta el próximo 31 de julio. Una tarea que se solicitó el miércoles 11 de junio y no es sencilla, sobre todo porque la nueva normativa solo contempla este escenario para un periodo de máximo seis meses (tres meses más otros tres adicionales, siempre y cuando haya consenso con buena parte de los acreedores).
Pero algunos juzgados han empezado a mostrarse favorables recientemente sobre la posibilidad de extender este periodo de negociación, entendiendo que el objetivo es preservar la continuidad de la empresa. El Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid y el Juzgado de lo Mercantil nº 1 de Málaga resolvieron a final de 2024 en dos autos distintos en este sentido. En ellos se esgrimía como argumento que la petición era compatible con la interpretación de la Directiva Europea que dio lugar a la reforma de la Ley Concursal.
A la espera de conocer el desenlace, las acciones de Duro Felguera se dispararon ayer miércoles un 6,47%, después de que la compañía anunciara sus planes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un día antes, el martes, tras la publicación de este periódico relativa a que la empresa pretendía extender el preconcurso, la subida fue todavía más fuerte y la acción rebotó un 20%. Los títulos se cambian a 0,24 euros y la capitalización bursátil supera ligeramente los 51 millones de euros.
Complejidad
No obstante, el plan de reestructuración que se acuerde guarda muchas aristas. Duro Felguera ha pedido hasta el momento una elevada quita de la deuda y otros sacrificios a sus acreedores. La SEPI tiene una posición destacada por haber prestado 120 millones durante la pandemia a través de un préstamo ordinario y otro participativo, si bien el crédito concedido a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE) guarda particularidades, como la imposibilidad de aplazar los vencimientos de pago más allá de 2029.
Argoss Partners trabaja con la compañía y FTI Consulting junto al despacho Gómez Acebo y Pombo (GA_P) hacen lo propio con la empresa pública dependiente del Ministerio de Hacienda que preside Belén Gualda. Los bancos también tienen voz en el futuro de la compañía, pues deben dar nuevos avales para que la empresa pueda acudir a licitaciones para recuperar su actividad.