
Las espadas están en alto ante la reunión hoy del consejo de administración de Indra. Sapa, propietaria del 7,94% del capital, se ha enfrentado a la cúpula directiva de la compañía ante la renovación del máximo órgano ejecutivo y después de haber rechazado ya tanto el plan estratégico del grupo como la fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EME) y la compra de Iveco Defence.
El presidente de Indra, Ángel Escribano, tiene atado el apoyo mayoritario del capital para todos estos planes -cuenta con el respaldo de la Sepi, titular del 28%; de Escribano con el 14,3% y de Josep Oughourlian, propietario de otro 7,24%- pero la situación en el consejo es distinta. De los 16 miembros que integran el mismo, el presidente solo tiene garantizados siete votos: el suyo; el del consejero delegado, José Vicente de los Mozos; el de Pablo Jiménez de Parga, representante de Amber; el de su hermano Javier Escribano, presidente de EME; y el de los tres representantes de la Sepi: Antonio Cuevas, Juan Moscoso y Miguel Sebastián.

Teniendo en cuenta que Sapa cuenta con un solo puesto en el consejo, que ocupa el propietario y consejero delegado de la empresa de defensa vasca, Jokin Aperribay, la clave está por ello en lo que puedan hacer los independientes, por lo que, ante las dudas de muchos de ellos, Ángel Escribano va a intentar llevar a cabo una renovación del máximo órgano ejecutivo.
Francisco Javier García, exvicepresidente de Volkswagen, ya ha anunciado su intención de no renovar. Pero es que, además, en octubre de 2025 cumple el mandato de los vocales Coloma Armero, Bernardo José Villazán, Belén Amatriaín, Virginia Arce y Olga San Jacinto, todos ellos con tres años de presencia y actividad en el consejo. Sólo Ángeles Santamaría, renovada en junio de 2023, está exenta del refrendo de la Junta de Accionistas de este trámite de entre los consejeros independientes.
Renovación
El presidente de Indra quiere renovar el consejo aprovechando que, en total, el 68,7% de los miembros del máximo órgano ejecutivo está pendiente de renovación a lo largo de este año, lo que equivale a 11 de los 16 miembros del órgano de gobierno de la compañía tecnológica. Más allá de los independientes, entre los dominicales, únicamente se libran de este trance los representantes de Amber Capital (Pablo Jiménez de Parga), y de EM&E Escribano (Javier Escribano), cuyas últimas fechas de renovación se remontan a junio de 2023 y el mismo mes de 2024, respectivamente.
De la misma forma, solo uno de los tres consejeros ejecutivos -Luis Abril- está llamado a su reelección en el órgano de gobierno de la compañía, ya que su plazo concluye el próximo 23 de junio. Tres consejeros dominicales cumplen ciclo trianual en las próximas semanas de junio: Jokin Aperribay, por parte de Sapa; y Miguel Sebastián y Antonio Cuevas, por el lado de Sepi. También en octubre concluye la representación en el consejo de Indra de Juan Moscoso, también representante de Sepi.
Los planes de Indra
Tener el apoyo en el consejo será clave de cara a los futuros planes de la tecnológica, sobre todo, en relación a la fusión con Escribano, una operación con la que Indra quiere crecer en defensa y convertirse en un nuevo gigante.
La fusión cuenta ya con el apoyo del, al menos, el 50% del capital tras el visto bueno de la Sepi y Joseph Oughourlian. El presidente de Prisa aseguró, de hecho, en la junta de accionistas de la editora que la fusión con Escribano sería "muy buena noticia" no solo para la compañía, sino también para la industria nacional, pues Indra podría ser receptor de multimillonarias inversiones, especialmente tras el compromiso del Gobierno de incrementar las inversiones en seguridad y defensa hasta el 2% del PIB, con un gasto adicional de 10.471 millones de euros a lo largo de este año.
La operación, para la que ambas compañías han contratado los servicios de Pwc, KPMG y JP Morgan, se pretende llevar a cabo a través de una ampliación de capital de la tecnológica, por la que la empresa familiar pasaría a convertirse en el primer accionista de Indra al mismo nivel al menos que la Sepi, que tiene una participación del 28% del capital.
En paralelo, la tecnológica tiene otros planes como, por ejemplo, la compra de Iveco Defence Vehicles (IDV), la filial del grupo italiano Iveco dedicada a la fabricación de blindados y vehículos de protección civil. La compra encajaría perfectamente en los planes de Indra de convertirse en un gigante de defensa y un referente europeo en la industria, y le permitiría poder optar a futuros contratos en la materia.
Santa Bárbara
Pero los planes de Indra también pasan por adquirir Santa Bárbara, la filial de la estadounidense General Dynamics, para hacerse con la planta de Trubia (Asturias), donde precisamente se fabrica el vehículo blindado 8x8 Dragón –y en cuya producción participa la tecnológica–.
Al margen de estos planes, la tecnológica ya está moviendo ficha para alcanzar el objetivo de convertirse en el gigante de la industria y, por ello, firmó la pasada semana en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef 25) una alianza estratégica con el gigante alemán Rheinmetall para el desarrollo y la fabricación de vehículos blindados. Una alianza que va más allá de la que ya tiene con el grupo alemán en electrónica para los tanques Leopardo y que, además, tendrá como objetivo competir con Santa Bárbara para renovar la flota de más de 200 blindados de este tipo, que Defensa planea sacar a concurso durante los próximos meses.
Gana un contrato de las Fuerzas Aéreas brasileña
Al margen de esto, Indra ha ganado el contrato de modernización del sistema completo de comunicaciones tierra-aire de Brasil, según ha decidido el Departamento de Control del Espacio Aéreo de la Fuerza Aérea de Brasil (DECEA). El proyecto prevé reforzar la seguridad y garantizar la soberanía del espacio aéreo del país e incluye el suministro de más de 800 radios de última generación, escalables y flexibles, que optimizarán las operaciones de tráfico y defensa aérea de los más de 22 millones de kilómetros cuadrados de cielo brasileño.
Según explica la compañía, "los dispositivos de radio Indra Park Air T6 cuentan con tecnología avanzada, con un nuevo software que mejora la calidad de voz y la eficiencia en las comunicaciones entre pilotos, controladores de tráfico y distintos agentes