Las informaciones no han sido confirmadas, pero la evidencia señala un punto de inflexión que el sector de la defensa acepta sin reservas: por primera vez en la historia cazas chinos han derrotado en combate a aeronaves occidentales en una batalla real. Según las declaraciones de Pakistán, los aviones de superioridad aérea Chengdu J-10C Vigorous Dragon de la Fuerza Aérea pakistaní derribaron hasta cinco cazas Dassault Rafale propiedad de las Fuerzas Armadas indias. Esta victoria se produjo en medio de los enfrentamientos entre Pakistán y la India por el control de Cachemira. ¿Cómo fue posible la victoria? ¿Ha adelantado definitivamente China a Occidente en el aire?
Cazas de cuarta generación avanzada
Tanto el Rafale como el Dragon son aeronaves con características similares. Ambas pertenecen a la designación de cuarta generación avanzada o 4.5 de cazas de combate. Pueden llegar a la misma velocidad máxima, 1,8 Mach (más de 2.200 km/h), y ambos cuentan con capacidad de portar armamento nuclear. Sin embargo, en la especialidad de cada uno de ellos se encuentran unas diferencias significativas.
El caza Dassault Rafale es un avión multipropósito con capacidad de combate aéreo, bombardeo a tierra, guerra naval y ataque nuclear. Puede despegar tanto de bases aéreas convencionales como de portaaviones. Su autonomía es mayor que la del J-10, de hasta 1.850 kilómetros, aunque su armamento aéreo es ligeramente inferior.
El avión Chengdu J-10C es un caza de superioridad aérea, es decir, especializado en combate contra otros aviones. Su altura máxima es de 18.000 metros, frente a los 16.000 del Rafale, su fuselaje es más ligero y cuenta con un solo motor frente al par del modelo francés.

Un solo contratista frente a muchos proveedores
Estas características harían que un combate aéreo cerrado ("dogfight" en inglés) estuviera aparentemente igualado entre ambas aeronaves. Pero la clave de la guerra moderna no se encuentra solo en tener la mejor arma, sino en la capacidad de usarla coordinadamente. La ventaja, según apuntan diversos medios, que tuvieron las fuerzas pakistaníes fue que toda su tecnología era del mismo fabricante: China. Por el contrario, la India cuenta con un ejército aéreo mucho más fragmentado, con cazas franceses, británicos y rusos; sistemas antiaéreos rusos y redes de comunicación de origen estadounidense.
La interoperabilidad de las comunicaciones de las fuerzas pakistaníes fue la clave de los combates aéreos durante las escaramuzas sobre Cachemira. "La capacidad de transmitir datos de objetivos en milisegundos frente a la arquitectura fragmentada de múltiples proveedores de la India revela un reto fundamental de integración", aseguró a Bloomberg Sushant Singh, antiguo coronel del ejército indio y profesor de la Universidad de Yale.
Esto supone una presión extra sobre la OTAN y, en particular, sobre Europa: la fragmentación de sus ejércitos y su equipamiento desfasado han sido fruto de constantes críticas. El Instituto Bruegel alertó en marzo de que Europa necesitaba un ejército multinacional equivalente a 300.000 soldados para repeler una invasión rusa, y que este no podía ser la suma de diferentes cuerpos, sino un conjunto unificado.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania han relatado en los últimos tres años las malabares que tienen que hacer para coordinar la comunicación y capacidades de sistemas tan distintos como el tanque alemán Leopard, la artillería francesa Caesar y los sistemas de misiles Himmars estadounidense. En una hipotética guerra, supondría una grave desventaja de las fuerzas europeas frente a un enemigo coordinado.
En el aire un contrato multimillonario
Aunque la información sobre los combates aéreos no ha podido ser validada por fuentes independientes, el mercado las ha dado por cierta. Conforme se fueron conociendo los datos escasos sobre las escaramuzas aéreas en Cachemira, las acciones de Dassault Aviation empezaron a caer en picado. La cotización se desplomó un 9% en una carrera bajista y las acciones perforaron los 300 euros.
En el lado contrario, la valorización de Avic Chengdu Fabrication se ha disparado un 49% hasta los 87 yuanes por acción. Las noticias del conflicto indio-pakistaní han elevado la expectativa de los inversores de que China comience una política de exportación militar más asertiva.
Este escenario afecta de lleno a la India y a Dassault Aviation. El mes pasado, París y Nueva Delhi firmaron un acuerdo valorado en unos 7.000 millones de euros por el que la India adquiría 26 cazas Rafale más. Si bien el Gobierno de Narendra Modi no ha mostrado señales de cancelar el acuerdo, podrían establecerse nuevos requisitos para los cazas de combate franceses, así como lastrar futuros acuerdos de Dassault. No sería la primera vez que Francia pierde un contrato multimillonario.
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