
La fuerte competencia de países como India y México tras la subida de los precios del gas y la caída de las compras del mercado europeo han recortado drásticamente la rentabilidad de la industria azulejera de Castellón, el mayor fabricante de Europa por volumen. Uno de los mayores productores en España, el grupo británico Victoria, ha decidido tomar cartas en el asunto.
Victoria, dueño del fabricante cerámico Keraben y de marcas como Saloni e Íbero en España, quiere transformar profundamente su producción tras la fuerte caída de su rentabilidad por la debilidad del mercado europeo. La corporación ha anunciado que para mitigar los efectos de la baja demanda y el aumento de la competencia de países de bajos costes instalará "una nueva línea de producción ultraeficiente en España".
Unos planes que se enmarcan en su estrategia en los últimos años de concentrar su producción y sus inversiones en Castellón en las instalaciones de Keraben en Nules, después de decidir abandonar la mayoría de la fabricación cerámica en la planta de Saloni en Sant Joan de Moro.
Según explica Victoria, el objetivo de esta inversión es poder reducir sus costes y mejorar sus beneficios entre 16 y 19 millones de libras al año -el equivalente a entre 19 y 22,5 millones de euros- "según las condiciones actuales del mercado".
En sus resultados de la primera mitad de su ejercicio, asegura que este proyecto "tardará unos 12 meses en completarse, pero el trabajo está en marcha y la primera etapa se entregará a mediados del año fiscal 2026", lo que tendrá un impacto positivo en el resultado de ese ejercicio, aunque será al siguiente cuando registre la mejora esperada en su totalidad.
Elevadas pérdidas
El anuncio se produce a la vez que Victoria ha presentado unos malos resultados de la primera mitad de su ejercicio, con unas pérdidas de 172,6 millones de libras (206 millones de euros), incluyendo también sus negocios de alfombras, moquetas y otras superficies como vinilo y césped artificial.
En esos seis meses, su división cerámica ha reducido un 9% los ingresos, hasta 181 millones de euros, y ese negocio ha generado unas pérdidas operativas de casi 100 millones de euros, frente a los 13,4 millones de resultado positivo operativo del mismo periodo del año anterior, según sus datos desagregados.
Fruto de esa mala evolución Victoria optó por vender su fábrica en Turquía, Graniser, como anunció hace unos días, debido a que su apuesta por fabricar en ese país no logró los resultados esperados. Una operación valorada en 36,8 millones de euros, si bien la mayoría es deuda que asume el comprador.