Industria

Los fondos agotan los seis meses en Celsa sin lanzar la búsqueda del socio español

  • Sí avanzaron, en cambio, con venta de los activos de las filiales internacionales 
  • La búsqueda de un mejor clima en el sector, una de las claves en la demora
Los fondos sí han avanzado con la venta de las filiales internacionales. EE
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Hace seis meses y tres días el pool de fondos que hoy controla Celsa anunciaba su desembarco en la compañía. El conjunto de firmas se hacía con el 100% del capital de la siderúrgica tras llegar a un pacto con el Gobierno para que no se entrometiese en una operación que podía llegar a vetar: dar entrada a un socio español con el 20% del accionariado. Hoy no hay rastro de que esta búsqueda se haya iniciado de manera oficial y el Ejecutivo mira hacia otro lado.

Las fuentes consultadas por elEconomista.es explican que no se ha abierto ningún proceso para encontrar el socio industrial nacional que exigía la administración a pesar de haber ya cumplido el plazo. Durante este periodo, el equipo dirigido por el presidente, Rafael Villaseca, y el consejero delegado, Jordi Cazorla, sí avanzó en otros aspectos tanto de la operación ordinaria como en sus planes a largo plazo.

Mientras no se registraron avances en la búsqueda del socio español sí se contrató a Citi para explorar la venta de los activos internacionales. La organización con sede en Castellbisbal (Barcelona) encargó al banco una valoración de las filiales de Noruega, Reino Unido y Polonia para afrontar una posible operación. También contrató a Bain & Company para la elaboración de un nuevo plan estratégico.

Preguntada por esta falta de avances, la compañía declinó hacer comentarios. Cuando se hizo público el compromiso con el Gobierno se especuló con tres nombres como potenciales socios: Sidenor, Megasa y CL Grupo Industrial.

En busca de un mejor clima para vender Celsa

Otras voces explican que esta parálisis obedece a la atonía del sector del acero en Europa, que se encuentra en la parte baja del ciclo. Sin ir más lejos, las ventas de Celsa se encogieron el 22% en 2023 al bajar de los 6.100 millones a los 4.765 millones y el ebitda cayó de 885 millones a 441 millones. Lo mismo sucedió a las grandes compañías del sector, como Arcelormittal y Acerinox. En España, la producción de acero cayó el 1,2%, según informó Unesid. La cifra quedó en los mismos niveles que 2020, el año del coronavirus.

La espera de un clima más propicio para afrontar la venta de un 20% podría extenderse hasta 2025. Según las estimaciones de Eurofer -la patronal europea del acero-, está previsto que el crecimiento de los sectores consumidores de acero desacelere más de lo previsto (+0,2% frente al +0,4% previo) por la crisis de la construcción. En 2025 afrontaría una "moderada recuperación" (+1,5%) que podría alentar a explorar operaciones corporativas con mejores resultados.

Por ello, los responsables estarían esperando a una mejora del clima en el continente para lanzar la búsqueda del socio. Evidentemente, Celsa no vale lo mismo en un sector a la baja que en un momento pujante. Cabe recordar, no obstante, que el contexto de debilidad de la industria siderúrgica fue uno de los argumentos de los fondos –secundado por el juez- para determinar que las previsiones de la familia Rubiralta no eran creíbles, los resultados en el futuro iban a ser inferiores a los objetivos marcados y por lo tanto la sociedad valía menos que su deuda.

Además de vender un 20%, los fondos se comprometieron a mantener el centro de decisión en España y a respetar los puestos de trabajo en el país, algo que sí han cumplido.

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