Industria

Celsa analiza ventas en el Norte de Europa pese a la crisis del acero

  • Encarga una valoración del negocio internacional y segrega la planta de Noruega 
Imagen de la planta de Celsa en Castellbisbal (Barcelona). EE
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Con el aterrizaje de Jordi Cazorla como nuevo consejero delegado, los fondos propietarios de Celsa comienzan a diseñar su estrategia al frente de la compañía. Los nuevos accionistas se comprometieron con el Gobierno a mantener su estructura en España pero en sus planes está estudiar desinversiones fuera para tratar de recuperar la inversión realizada con la compra de la deuda del grupo a la banca. Para ello ha pedido una valoración de las diferentes filiales repartidas por Europa. Y la que tiene más números es la ubicada en Noruega.

A pesar de las dudas existentes sobre la rentabilidad de algunas infraestructuras de Celsa en España -EY advierte desde hace años en las auditorias de que debe deteriorar algunos activos-, el plan de desinversiones compete al negocio internacional. Y según avanzó La Información, la empresa ya ha encargado a Citi una valoración de las filiales en Noruega, Reino Unido y Polonia para afrontar una posible operación.

Contactada por elEconomista.es, la compañía confirmó el encargo, aunque matizó: "La decisión responde a la voluntad que tiene la compañía de profundizar en el conocimiento y alternativas que ofrecen sus divisiones internacionales. Se trata de un ejercicio de exploración y en ningún caso se ha tomado ninguna decisión concreta".

De este modo, los accionistas exploran la venta de unidades que ya despertaron el interés de potenciales inversores durante el conflicto con los Rubiralta. No obstante, el clima en el sector del acero europeo no es el mismo ahora que hace dos años, cuando el sector batía récords. Hoy los costes energéticos y la atonía de la demanda enfriaron el ambiente. Está por ver si las valoraciones obtenidas se alinearán con las expectativas de los fondos.

Noruega es la principal candidata a la venta

Esta atonía del mercado fue uno de los principales argumentos para que Lexaudit, el experto independiente en la reestructuración, valorase la siderúrgica en entre 2.400 y 2.775 millones de euros frente a los 6.000 millones que fijaba el informe encargado por la familia Rubiralta a Lazard.

Más allá de la contratación de Citi, los nuevos accionistas dejaron fuera del perímetro consolidado que cuelga de Luxemburgo todo el negocio en Noruega, para el que crearon una estructura paralela. Con ello, afrontar una desinversión sería mucho más fácil a nivel operativo. Fuentes cercanas a la empresa explican a este medio que la venta tendría sentido: es una filial con valor, sin mucha deuda, que disfruta de precios bajos de la energía, con un ecosistema de clientes propio y sin muchas sinergias al estar cerca del Círculo polar ártico.

No obstante, queda ver como encaja esta desinversión en el compromiso alcanzado con el Gobierno para dar entrada a un socio inversor. Sobre la mesa se pusieron tres nombres: Sidenor, Gallardo Balboa y Megasa. Y mientras los dos primeros estaban interesados en el negocio español, el tercero se inclinaba por tomar una participación en alguna filial del extranjero.

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