
Los fondos acreedores de Celsa se suman a las tesis del auditor de la siderúrgica y advierten de pérdidas no contabilizadas en sus balances. Los tenedores de la deuda sostienen que las cuentas anuales del grupo no ofrecen una imagen real de sus fondos y en el plan de reestructuración aprobado por el juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona identifican un agujero contable de 1.925 millones que habría que deteriorar.
Según la documentación a la que ha tenido acceso elEconomista.es, el pool de fondos que lideran Deutsche Bank, SVP y Cross Ocean ya prepara una operación acordeón para reequilibrar patrimonialmente a la compañía catalana. Lo hará en las tres sociedades Picos, las tres cabeceras del conglomerado propiedad de la familia Rubiralta, a las que llevará primero a un capital de 0 euros para luego volverlo a poner en positivo.
En su hoja de ruta, los tenedores de la deuda señalan que "las cuentas anuales de las sociedades Picos no ofrecen una imagen real de los fondos propios", algo que ha avisado repetidamente EY en su papel como auditor en los informes realizados de las diferentes empresas que forman Celsa. Los fondos advierten de que las incorrecciones están en la contabilización de ciertos ingresos fiscales –que no se podrán cobrar a futuro- y en el fondo de comercio "que deberían tener un impacto en el balance".
"Es evidente que contablemente correspondería llevar a cabo un deterioro de los fondos propios", dicen los acreedores
Los acreedores añaden que al arreglo de las cifras habría que sumarle los ajustes por la deuda vencida desde el estallido de la pandemia. "Es evidente que contablemente correspondería llevar a cabo un deterioro en los fondos propios de dichas sociedades", explican.
Por ambos factores, explican que deteriorarán el patrimonio neto de Inversiones Pico Aneto en 831,4 millones de euros; el de Inversiones Pico Anayet, en 819,2 millones de euros y el de Inversiones Pico Espadas en 274,4 millones de euros. En total, 1.925 millones de euros por la incorrecta, a su juicio y de EY, representación de las cuentas y el impacto de la deuda.
Posiblemente este deterioro explique en parte –buena parte de la argumentación se basaba en que Celsa llevaba dos años de beneficios extraordinarios- la valoración realizada por el experto independiente de la reestructuración, Lexaudit, que valoraba la siderúrgica en 2.401 millones. Mientras, los estudios presentados por la empresa cifraban el valor de la organización en 6.201 millones (Lazard), 6.329 millones (AZ Capital) y 4.202 millones (BDO), en los que se consideraba que los buenos números cosechados en los últimos ejercicios se mantendrían en el tiempo.
Las salvedades a Celsa se repiten
Las advertencias de EY se han repetido a lo largo de los últimos años, aunque hasta ahora fue complicado extraer una cifra concreta debido a la estructura societaria de Celsa, con participaciones cruzadas y sin una matriz clara para todo el negocio. Barna Steel, una de las firmas que más negocio agrupa, presentó distintas salvedades en sus cuentas de 2022 –igual que le sucede desde hace ejercicios-, como explicaba El País.
Los avisos del informe del auditor se centraban en los activos por impuestos diferidos, el fondo de comercio y otros activos intangibles y la deuda una vez iniciado el procedimiento judicial.