
Escribano Mechanical & Engineering, una empresa familiar de capital español especializada en innovación y tecnologías de defensa, se ha convertido en un socio clave del Gobierno para convertir a Indra en un nuevo gigante en este sector. La compañía, que anunció ayer la compra del 3% del capital por 65 millones, aspira a adquirir hasta el 10% y convertirse así en el segundo accionista de la firma, solo por detrás de la Sepi, que tiene actualmente el 25,16% del capital. El 24 de noviembre de 2023 realizó un nuevo movimiento en la tecnológica para alcanzar el 8% de Indra, tras invertir alrededor de 110 millones de euros.
Escribano, que mantiene buena relación desde hace tiempo con el Gobierno, y ha logrado varios contratos con el ministerio de Defensa, ofreció ya sus instalaciones para la fabricación de mascarillas durante la pandemia. El año pasado logró, por ejemplo, un servicio de mantenimiento integral para los despliegues fijos del Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) con la Guardia Civil por 23,2 millones y otro de 4,6 millones para la adquisición de sistemas de artillería para patrulleros de la Armada.
La Sepi se ha apoyado hasta ahora en el fondo Amber -dirigido por el también presidente de Prisa, Joseph Oughourlian- y en el grupo vasco de defensa SAPA para controlar Indra. El presidente de Indra, Marc Mutra, ha mostrado hoy su satisfacción, por la operación asegurando que "yo creo que para Indra siempre es muy buena noticia que aparezca un operador, una empresa que tenga interés en comprar acciones". En declaraciones al Canal 24 Horas, de RTVE, ha insistido en que "nosotros somos una empresa con vocación industrial a largo plazo y creemos que todo lo que sea ver a accionistas comprando acciones de Indra es algo bueno para nosotros y, por tanto, Escribano y cualquier otro inversor es muy bienvenido".
A partir de ahora el Gobierno cuenta así también con Escribano, que ha mantenido un crecimiento vertiginoso, para el control de Indra. Entre 2019 y 2021 la firma ha conseguido duplicar tanto su facturación como sus resultados. En ese periodo y bajo la gestión de los hermanos Ángel y Javier Escribano (presidente y consejero delegado respectivamente) ha pasado de unas ventas de 44,2 millones a ingresar 87,4 millones de euros. Y en la misma línea, el beneficio se ha incrementado desde 3,9 a 8,7 millones de euros.
La empresa, fundada en 1989 en Coslada (Madrid) por Ángel Escribano, un tornero que se había quedado en paro, comenzó su andadura como un pequeño taller de mecanizados y su trayectoria es una historia de adaptación y perseverancia. Los dos hijos del fundador, Ángel y Javier Escribano, presidente y CEO actuales, han sido los responsables del gran crecimiento que la compañía ha tenido en los últimos diez años, en los que ha pasado de 80 a 700 empleados, con una facturación estimada para 2023 de 140 millones de euros y con operaciones en más de 20 países.
Uno de los factores que explica el fuerte crecimiento que Escribano ha tenido en los últimos años es, según explican en la propia empresa, "la visión que en 2010 comenzó a implementar: conseguir la integración vertical de sus capacidades de fabricación". Por ello, la compañía comenzó una política de I+D+I incorporando a ingenieros y perfiles técnicos para poder controlar toda la cadena de producción de sus productos. En la actualidad, Escribano diseña y fabrica íntegramente sus productos en sus instalaciones de Alcalá de Henares.
La empresa ha tenido siempre carácter familiar, salvo entre 2015 y 2021 cuando la familia dio entrada al fondo soberano de Omán, representado por Abdulsalam Mohammed Al-Murshidi.
Crecimiento
Actualmente, la plantilla está formada por más de 700 personas, un 40% mujeres, con una edad media de entre 30 y 35 años, siendo ingenieros y perfiles técnicos en su gran mayoría. Para lograrlo, Escribano desarrolla una intensa colaboración con el ámbito académico, promoviendo sinergias con universidades y centros de formación profesional de la Comunidad de Madrid.
En esta línea, Escribano puso recientemente la primera piedra de su futuro Centro Tecnológico en Alcalá de Henares, que aspira a convertirse en un referente en I+D+I y que acogerá las diferentes iniciativas conjuntas con la Universidad de Alcalá de Henares – con quien hace unas semanas ha firmado un convenio para realizar actividades conjuntas de formación e investigación - y con otros centros de formación profesional de la Comunidad de Madrid.