
Los altos precios de la energía en Europa durante todo el año pasado por los efectos de la guerra en Ucrania han sido un lastre para la industria del continente. Por contra, ha permitido aumentar la competitividad a los productores de otras regiones vecinas donde el impacto de esos costes no ha sido tan elevado.
La planta egipcia del grupo valenciano Bertolín, principal socio de Cementos La Unión, ha sido uno de los fabricantes de cemento que ha sabido sacar partido a esa situación.
La filial de Bertolín casi triplicó sus exportaciones de clínker –el cemento básico semielaborado– tanto a otros países europeos como del resto de África durante el año pasado. Así, de la producción total de 3,8 millones de toneladas que salieron de su factoría ubicada en la región de Suez, casi el 25% se destinó a la venta en otros países.
La mayor venta a otros países permitió a la cementera egipcia recuperar sus niveles de producción hasta situarlo en el 91% de su capacidad de producción de clínker, un porcentaje similar al de antes de la pandemia y muy superior al 76% del año anterior.
La firma apunta que el incremento de la exportación de cemento egipcio fue generalizada, "posicionando a Egipto como un fuerte competidor en la exportación global". Arabian Cement Company, la compañía egipcia en la que el grupo valenciano controla el 60% del accionariado, destaca que en su caso además aprovecha su situación geográfica "muy cerca de los importantes Puertos del Mar Rojo de Ain Sokhna y Adabeya y lo suficientemente cerca de los puertos del Mediterráneo oriental de Port Said o Damietta". Además de exportar producto a Europa, durante 2022 introdujo por primera vez su cemento en varios países de África Occidental.
Este incremento de las ventas a otros países de la cementera egipcia ha tenido efectos en su cifra de negocios, con un crecimiento el año pasado del 94%, hasta 133 millones de euros al cambio actual. El aumento ha sido aún más relevante en el caso de la rentabilidad, ya que la firma egipcia ganó más de 10 millones de euros, frente a los cerca de 790.000 euros del año anterior en que la situación por el coronavirus y los problemas de suministro redujeron su actividad.
De hecho, el mercado local, el destino mayoritario del cemento ya transformado para su uso final, también creció fuertemente en volumen, con un aumento del 23% en toneladas. Además, la evolución de los combustibles que utiliza la planta (carbón y coque de petróleo) experimentaron "una fuerte corrección en la segunda mitad del 2022" según la empresa, que pese a ello apunta que aún sigue habiendo una alta incertidumbre por la guerra de Ucrania.
El grupo familiar valenciano Bertolín, además de en el sector cementero con Cementos La Unión, está presente en el sector de la construcción y su negocio global alcanzó los 288 millones de euros en 2021.