El grupo Cementos La Unión, uno de los grandes inversores españoles en Egipto tras instalar su mayor factoría de clínker, acaba de perder el litigio en el que reclamaba 236 millones de euros al Gobierno de ese país.
La cementera española había recurrido a un arbitraje internacional después de que Egipto aprobase un decreto en 2008 que imponía de forma retroactiva nuevas licencias de actividad y de electricidad a su planta poco después de haber finalizado la construcción.
Tras varios años de negociaciones sin lograr un acuerdo para Arabian Cement Company, la factoría egipcia en la que el grupo español es el principal accionista con el 60% del capital, decidió recurrir en 2013 al arbitraje del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) del Banco Mundial.
La empresa valenciana argumentaba para ello que la imposición de esas licencias vulneraba el acuerdo bilateral entre España y Egipto para inversiones que estaba en vigor. Cementos La Unión reclamaba una indemnización de 236 millones de euros por los sobrecostes y perjuicios ocasionados por esas mayores cargas.
Sin embargo, el tribunal de arbitraje ha tumbado esa reivindicación. Aunque el laudo final considera que Egipto es responsable de incumplimientos del tratado, señala que los mismos no dan derecho al inversor español a percibir la indemnización que exige. La decisión, aunque contó con el voto particular contrario de uno de los tres árbitros, supone un duro golpe para Cementos La Unión. Fuentes de la empresa señalaron que continuarán con su reclamación, que también mantiene en Egipto por considerar que esas licencias son contrarias a sus leyes de competencia.
La cementera de Arabian Cement Company se ha convertido en la principal fuente de ingresos de Hormigones Cortés, el conglomerado empresarial de la familia Bertolín que además de Cementos La Unión posee la constructora Grupo Bertolín. La filial egipcia aportó unas ventas de 165 millones de euros al grupo en 2019, prácticamente la mitad del total, y un beneficio antes de impuestos de 3 millones de euros.
En esta década la cementera de Arabian Cement Company se ha convertido en la principal fuente de ingresos de Hormigones Cortés, el conglomerado empresarial de la familia Bertolín que además de Cementos La Unión posee la constructora Grupo Bertolín. La filial egipcia aportó unas ventas de 165 millones de euros al grupo el año pasado, prácticamente la mitad del total, y un beneficio antes de impuestos de 3 millones de euros.
Pese a los altibajos de la libra egipcia, su buena marcha en estos años ha permitido al grupo compensar la caída de actividad de los molinos de clínker que La Unión tiene en Ribarroja (Valencia) por el menor consumo de cemento en España. El grupo cementero también está presente en Chile, República Dominicana y Congo.
El caso del gas
El conflicto de la cementera valenciana con el Gobierno egipcio no ha sido el único que ha llegado al Ciadi. Naturgy, que acaba de cerrar precisamente su salida de Egipto, también recurrió al arbitraje internacional por la parálisis de la planta de gas de Damietta, en la que participaba junto a Eni y la Administración egipcia.
En ese caso el laudo fue favorable a las empresas europeas y condenó a Egipto a pagar 1.700 millones. Una sanción cuyo pago Egipto trató de retrasar al máximo.