
Nuevo día de infarto en Wall Street. Los principales selectivos de Estados Unidos comenzaron la sesión siguiendo la estela marcada desde las plazas europeas, pero el cierre en ese lado del Atlántico pareció sentarle bien a los parqués norteamericanos, que terminaron prácticamente planos gracias además a que el petróleo suavizó sus caídas y al ambicioso presupuesto que presentó Obama para EEUU.
Así, el Dow Jones de industriales, el principal indicador de la primera potencia mundial, se dejó el 0,08%, hasta los 16.014 enteros, salvando la cota de los 16.000 que llegó a ver por debajo, y desde lejos este martes de nueva volatilidad en la renta variable mundial. Pese a todo, logra aguantar sus soportes, en unos mínimos del año que mantienen intactas las posibilidades de ver un rebote en próximos días.
Por su parte, el S&P 500 replicó el comportamiento, y el índice perdió 1 punto, hasta los 1.852, tras caer el 0,08%. En el caso del índice compuesto de Nasdaq, la caída fue del 0,34%, con el selectivo en 4.269 enteros, confirmando la masacre que vive Silicon Valley.
Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, destaca que "Wall Street ha experimentado ligeros descensos que no cambian nada. Todavía estamos por encima de los soportes de corto plazo, y los últimos movimientos de la bolsa americana nos llevan a considerar que las caídas que estamos viendo en el corto plazo están cerca de terminar. Son descensos vulnerables, que reflejan que el rebote está cerca".
Además, el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) cayó hoy un 5,89% y cerró en 27,94 dólares el barril, por primera vez por debajo de los 28 dólares desde septiembre de 2003. Mientras, el barril de crudo Brent para entrega en abril cerró hoy en el mercado de futuros de Londres en 30,32 dólares, un 7,70% menos que al cierre de la sesión anterior.
Situación de corto plazo:
Ligeras caídas en Wall Street cuyos índices siguen aproximándose a los soportes clave que a mediados de enero frenaron las caídas y cuyo alcance podría volver a frenar a los bajistas y provocar un nuevo rebote en el mercado norteamericano.
Una vuelta a la zona de mínimos del año no sorprendería como tampoco lo haría una posible dilatación de la misma que se vería como algo temporal y vulnerable.
En el chart adjunto puede verse como el Dow Jones Industrial aún podría tener un margen de caída del 4-5% antes de alcanzar la zona de soporte fundamental que encuentra en los 15.400/15.000 puntos, que es la base del canal bajista que está acotando la fase lateral bajista de los últimos meses.
En ese entorno es muy probable que exista un importante rebote y a todas luces es la línea divisoria, junto con los 1.800 puntos del S&P 500, que separa una tendencia alcista de una potencialmente bajista en las bolsas norteamericanas en lo que se refiere al medio plazo.
La sesión:
Los operadores en Nueva York protagonizaron una sesión de gran volatilidad que arrancó con pérdidas pronunciadas a tono con las ventas en el resto de plazas mundiales por el miedo a un frenazo económico, aunque en Wall Street se fueron diluyendo durante el día.
Los tres indicadores estuvieron debatiéndose entre los avances y los retrocesos, pero en la recta final se decantaron por los números rojos, arrastrados por un nuevo desplome del precio del petróleo en los mercados internacionales.
La mayoría de sectores de Wall Street terminó en negativo, como el energético (-2,49%), el de materias primas (-1,07%), el financiero (-0,71%) o el tecnológico (-0,58%), mientras que avanzaron el sanitario (0,23%) y el industrial (0,13%).
La petrolera Chevron (-3,56%) lideró las pérdidas en el Dow Jones, por delante de IBM (-2,29%), Walmart (-1,66%), Exxon Mobil (-1,32%), Cisco Systems (-1,22%), Verizon (-1,10%), Caterpillar (-1,01%), Goldman Sachs (-0,67%) o JPMorgan (-0,55%).
Al otro lado de la tabla encabezó las ganancias Pfizer (1,96%), Home Depot (1,80%), DuPont (1,60%), Coca-Cola (1,55%), Nike (1,18%), UnitedHealth (1,04%), Visa (0,86%), McDonald's (0,83%), Merck (0,68%), 3M (0,55%) o United Technologies (0,53%).
Al cierre de la sesión bursátil, el oro retrocedía a 1.188,7 dólares la onza, la rentabilidad de la deuda pública a diez años bajaba al 1,728% y el dólar perdía terreno frente al euro, que se cambiaba a 1,1296 dólares.