
Un tercio de los activos gestionados por Candriam sigue criterios ASG (medioambientales, sociales y de buen gobierno): son unos 40.000 millones de euros. El peso de este tipo de activos sobre el total se ha doblado en los últimos cuatro años, explica David Czupryna, responsable de carteras e investigación ASG en esta boutique del grupo New York Life. Una firma cuyo nombre, por cierto, es el acrónimo de Conviction and Responsibility In Asset Management. Entre sus lanzamientos más recientes está el Climate Action Fund, que invierte en compañías que crean soluciones para el cambio climático.
Empecemos por la eterna pregunta: ¿es menos rentable la inversión socialmente responsable?
Durante mucho tiempo la gente pensó que destruía valor, que era algo que se hacía por motivos éticos, no de rentabilidad. Pero si te fijas en el MSCI KLD 400 -uno de los selectivos ASG más antiguos- y comparas su evolución desde su creación en 1990, verás que bate al S&P 500. En Candriam empezamos a realizar inversión ASG en 1997 y tenemos un equipo de analistas cuantitativos dedicado a ella.
¿Cuántos analistas componen ese equipo?
Cuatro o cinco personas. Han estudiado el comportamiento del universo del mercado de acciones ASG de los países emergentes y comprobado que, en los últimos diez años, ese universo ha batido al MSCI Emerging Market Index en un 2,4% anual.
Usted habla de plazos largos. En periodos más cortos, ¿también lo hace mejor la inversión sostenible?
Es que cuando inviertes en este tipo de activos lo haces porque consideras que hay tendencias de sostenibilidad que marcarán el comportamiento de las compañías en bolsa. Supongo que conoces la minera brasileña Vale. En enero, sufrió un accidente [la rotura de una presa ocasionó más de un centenar de víctimas mortales]. Hacía tres años que nosotros la habíamos excluido de nuestros fondos ASG, por nuestros criterios. Con esto quiero decir que este tipo de inversión no es para planteársela a tres meses; la filosofía es invertir en compañías a largo plazo.
¿Cómo seleccionan las compañías para sus fondos?
El equipo de analistas ASG estudia las empresas y comparte sus conclusiones con los analistas financieros de Candriam; expertos en energía, transportes, industria, farmacéuticas... Por otro lado, compramos datos de proveedores como Sustainalytics, MSCI ESG o ISS Ethics, de modo que combinamos el análisis propio con los datos de terceros.
¿Qué es lo que aporta su análisis frente a esos datos?
En primer lugar, esos proveedores no cubren todas las compañías. Analizan muy bien, por ejemplo, los valores europeos, porque hay muchos datos disponibles; pero si quieres invertir en high yield global desde un punto de vista sostenible, no existe mucha información. Por otro lado, los proveedores de datos no siempre están de acuerdo unos con otros, por lo que es útil tener tu opinión. Un ejemplo es Tesla: unos dicen que es muy buena y otros que es muy mala.
¿Y ustedes qué dicen?
¿De Tesla? Desde un punto de vista medioambiental, ofrece una solución al cambio climático, que es el coche eléctrico, pero, desde el punto de vista social, es una compañía que se apoya mucho en robots, y las condiciones de trabajo que ofrecen han demostrado ser problemáticas. Cuando en Candriam analizamos una compañía nos fijamos en ambas cosas, el negocio y el trato a los empleados. Los proveedores externos evalúan cada pata, pero no miran el conjunto.
¿Confía usted en los índices bursátiles sostenibles?
Son necesarios porque orientan a los inversores, pero nosotros vamos más allá. Un índice se elabora con datos cuantitativos; algunos se fijan solo en un factor, como los índices low carbon, que miran las emisiones de CO2; otros combinan un centenar de datos. Pero la ASG es mucho más que datos cuantitativos. Un índice no mide el nivel de compromiso de la compañía, por ejemplo. Piensa en una empresa que fabrique maquinillas de afeitar: nosotros analizamos cómo impactan en el medio ambiente el diseño del producto, los materiales, el empaquetado... Un índice no mide eso. Tampoco es capaz de tomar decisiones de inversión valorando la relación entre riesgos y oportunidades: puede producirse un accidente, o el CEO puede cometer una locura, o pagará buenos dividendos...
"A veces veo cotizando en índices de sostenibilidad empresas que nosotros hemos excluido de nuestros fondos"
¿Cree que cada vez más gestoras optarán por realizar su propio análisis?
Tanto la inversión pasiva como la sostenible están creciendo y hay sitio para ambas. Algunos inversores quieren aplicar la inversión pasiva a la ASG; desean replicar el mercado, pero minimizando los riesgos de sostenibilidad. Y tenemos producto para hacerlo. Pero otros inversores quieren tomar decisiones de inversión que tendrán un impacto social positivo, y para ello necesitan gestoras como Candriam.
¿En ocasiones se sorprende de ver determinadas compañías en índices sostenibles, firmas que ustedes han excluido de sus fondos por no pasar su filtro?
Sí. Cuando se habla de inversión ASG suele hacerse referencia a compañías, pero también puede hablarse de países. Nosotros tenemos un Emerging Markets Debt Fund. Hace días hablé con un cliente que había recibido la visita de otro gestor -un rival nuestro- que le había ofrecido un ESG Emerging Market Debt Fund que incluía bonos de Arabia Saudí. Y me sorprendió. ¿Cómo puede estar ese país incluido en un fondo de sostenibilidad? Resulta que ese gestor, que es muy famoso, utiliza como índice de referencia el ESG Sovereign Index, pero se le permite tener un 3% de tracking error respecto al selectivo. Y utiliza ese margen para posicionarse en países que no están en el selectivo, como Arabia Saudí, Ucrania... Como este ejemplo hay muchos, pero sí, me sorprendió.
¿Hay mucho marketing en esto de la sostenibilidad?
Sí, y por eso la normativa y la taxonomía que prepara la Comisión Europea es tan importante para establecer qué es sostenible y qué no lo es. Cuando afirmes que tu fondo es sostenible, tendrás que demostrarlo.