
Mientras en España no exista una ley que obligue a realizar debates electorales a los principales candidatos, siempre estaremos sometidos a estos desajustes que confunden a la opinión pública. Y el debate entre los dos máximos aspirantes a ocupar La Moncloa, el que no veremos esta vez, debería ser obligatorio. El último que se celebró fue el del famoso insulto de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy en diciembre de 2015, cuando le calificó de indecente por la corrupción en el PP. Mientras tanto, el formato múltiple de varios candidatos parece haberse impuesto, como pudimos comprobar en la repetición de las generales en 2016, y es el que en esta campaña electoral volveremos a ver, según los últimos acontecimientos, en la televisión pública y no en una privada. El presidente del gobierno ha cambiado su criterio y tras la decisión de la Junta Electoral de excluir a Vox, acepta ahora que el esperado programa sea en TVE dejando a Atresmedia colgada, tanto como antes había dejado a la corporación pública.
La exclusión de Vox
Lo que valió para Podemos en 2015 no vale para VOX en 2019. El razonamiento de que el partido de Iglesias y el de Rivera ya habían obtenido representación en las elecciones europeas anteriores sólo camufla que hace cuatro años se hizo una interpretación flexible de una norma y ahora no se adopta la misma posición. La Junta electoral sucumbe a la oleada anti Vox, pero lo único que hacen entre todos es la campaña gratuita de Vox. Al cabo de una hora de conocerse la decisión de la JEC, los mensajes, consignas, llamamientos al rearme del voto al partido de Abascal inundaban las redes y cientos de miles de españoles habían recibido ya un Whatsapp condenando su exclusión del debate ya organizado. A la mayoría de los que lo recibieron y lo pasaron no les constan todos los formulismos que la ley establece, porque el titular que se recordará es que se censura la palabra de una fuerza emergente que va a entrar en las Cortes como quinta fuerza política del país, en el peor de los casos. Esta vez ha habido recurso contra la participación de VOX en un debate de un medio de comunicación privado, y lo mismo sucedió en 2015 cuando UPyD recurrió su exclusión de aquél otro foro organizado por la misma empresa privada. Y la decisión no ha sido la misma.
El debate "a seis"
Lo cierto es que en la búsqueda del interés de los ciudadanos y de su derecho a la información sería más importante preservar el criterio de que participen los partidos que se presentan a las urnas en todo el país por encima del que garantiza que participen los que ya tienen representación parlamentaria, o el más confuso término de la "proporcionalidad" que se puede leer en la resolución de la JEC. En el debate a seis de la noche del martes, los ciudadanos de todo el país vieron y escucharon a dos partidos políticos a los que no van a poder votar aunque quieran, porque sólo se presentan en las circunscripciones catalanas y vascas: ERC y PNV. Uno de ellos mencionó como crucial el problema de La Naval de Sestao, y cabe cuestionar si eso interesa mucho a los habitantes de la isla de El Hierro.
Sánchez en TVE
En última instancia, sería de agradecer que por una vez que políticos y jueces apliquen el criterio sacrosanto de dejar organizar a los periodistas los programas de televisión, que algo más que ellos saben del tema. Negar que Vox sea desde hace meses uno de los ejes fundamentales sobre los que gira la actualidad de este país es estar completamente ciego, lo mismo que ocurría en aquél otoño de 2015 con Podemos y Ciudadanos, por lo que se decidió con buen criterio que participaran en debates y entrevistas electorales, porque había demanda de información sobre ellos. El derecho a la información de los ciudadanos parece más importante que el de representatividad de los partidos. El resultado de todo lo que ha ocurrido en este asunto es que la televisión pública ofreció un debate sin Vox agarrándose fieramente a la normativa. Pero el candidato del PSOE esperó a ver lo que más le interesaba y eligió por puro interés el debate de la cadena que ofrecía la presencia de Vox, despreciando la propuesta de TVE. Ahora la Junta Electoral veta al partido de Abascal y Sánchez se vuelve hacia la televisión de todos aceptando el debate que rechazó y que autorizan los jueces.