
Hace escasas semanas muchos inversores apostaban por que el petróleo volvería a cotizar por encima de la zona de los 100 dólares por barril por primera vez desde 2014, ante la vertiginosa subida que acumulaba desde el mes de marzo. Sin embargo, los últimos acontecimientos han propiciado una violenta caída, devolviendo los precios a mínimos anuales.
Los recortes de la OPEP elevaron tanto los precios que llevaron al cartel a aumentar la producción en su última reunión oficial para apuntalar sus economías. Durante este año la oferta de petróleo se vio mermada todavía más por la reducción en la producción de dos miembros importantes como Venezuela e Irán.
El país latinoamericano está atravesando una grave crisis económica que le está dificultando bombear al máximo de su capacidad, mientras que el país árabe se debía enfrentar de nuevo a las sanciones impuestas por Donald Trump. Venezuela ha reducido su producción diaria de petróleo en cerca de un millón de barriles diarios, mientras que Irán, que bombeaba cerca de cuatro millones de barriles diarios veía amenazada la totalidad de su producción.
EEUU ha permitido a ocho países continuar comprando petróleo iraní y la demanda ha caído ante la incertidumbre de los inversores sobre el crecimiento económico
Estos recortes extraordinarios han propiciado que Arabia Saudí y Rusia, dos de los mayores productores, decidieran aumentar la producción con el afán de compensar dicho vacío. Sin embargo, los acontecimientos posteriores a esta decisión no han sido los esperados, ya que EEUU ha permitido a ocho países continuar comprando petróleo iraní y la demanda ha caído ante la incertidumbre de los inversores sobre el crecimiento económico.
Durante el mes de octubre hemos soportado una fuerte corrección en los mercados financieros fruto del desgate que se está produciendo en la economía por la guerra comercial que mantienen EEUU y China, y por los temores de que el endurecimiento monetario que está llevando a cabo la Reserva Federal pueda frenar los beneficios empresariales.
Muchos inversores ven a Donald Trump como uno de los artífices de esta caída, pues nunca ha escondido su disconformidad sobre los altos precios del crudo
La incertidumbre sobre la evolución de la economía ha desencadenado una menor demanda de petróleo en un momento en el que la oferta se ha vuelto a disparar. Esto ha hecho que los precios se desplomaran un 30 por ciento desde los máximos anuales del mes de octubre en escasas semanas.
Muchos inversores ven a Donald Trump como uno de los artífices de esta caída, pues nunca ha escondido su disconformidad sobre los altos precios del crudo, y que recientemente ha realizado llamamientos a los miembros de la OPEP para frenar el alza en los precios.
Cuando los inversores esperaban que las sanciones limitaran totalmente la producción a Irán, Trump decidió permitir la venta a determinados países, aumentado inesperadamente la oferta de crudo. Mientras, los productores norteamericanos han elevado su producción a un nuevo máximo histórico, y se han convertido en el mayor productor mundial.
La mayor preocupación que tienen los inversores sobre esta caída es que pueda estar adelantando un empeoramiento económico, ya que la producción de petróleo está muy ligada al ciclo económico.
Una caída puntual de los precios tan sólo perjudica a las empresas relacionadas con extracción y transformación de petróleo, ya que al resto de sectores que utiliza esta materia prima en su proceso productivo se beneficia de la caída de los precios.
Las miradas están puestas ahora en la próxima reunión de los miembros de la OPEP y sus socios a principios de diciembre en Viena, pues podrían anunciar nuevos recortes en la producción con el objetivo de volver a requilibrar el mercado. Quizás el exceso de confianza del cartel haya podido ser otro de los factores que ha propiciado esta caída, porque podrían haber esperado a una estabilización en los precios, tras la fuerte subida que acumulaban en el año para volver a aumentar la producción.
Ahora la OPEP y sus socios se vuelven a ver en una tesitura complicada, porque después de los esfuerzos realizados durante los últimos meses, puede que tengan que volver a empezar de cero si pretenden acercar los precios a los niveles de 2014. El anuncio de nuevos recortes podría tener un efecto efímero, ya que no consideramos que sea suficiente para volver a encarecer los precios del petróleo.
La recuperación de los precios hasta niveles de 85 dólares por barril se debió a la suma de una serie de factores que consideramos que es complicado que vuelvan a producirse en el corto plazo, por lo que durante las próximas semanas esperamos que la decisión de la OPEP sirva para frenar las caídas y estabilizar los precios en el entorno de los 70 dólares por barril.