En este arranque de año, en la renta variable hemos disfrutado de una mar llana aunque todo apunta a que, en breve, podríamos pasar a tener una mar rizada o incluso alguna que otra marejadilla. En cualquier caso, no vemos nada que plantee un agotamiento alcista que nos lleve a una mar agitada, que sería un estado un poco más peligroso y que solamente favoreceríamos si una caída llevara a las principales bolsas europeas a perder el último mínimo relativo ascendente que han marcado en la actual subida. Hablamos de soportes como son los 10.400 en el Ibex 35 o los 3.588 puntos del EuroStoxx 50.
Mientras estos soportes se mantengan en pie consideramos que eventuales caídas tienen visos de ser una simple consolidación y nos parece precipitado favorecer una corrección que ponga en jaque las posibilidades de seguir viendo mayores alzas en próximas semanas. De hecho, este escenario alcista ha sumado puntos tras superar el Ibex con dividendos importantes resistencias (análogas a los 10.600 del Ibex) y que las bolsas europeas hayan sabido encajar tan bien la importante subida del eurodólar, que ha alcanzado la zona de resistencia y objetivo que manejábamos en los 1,25.
En Wall Street tampoco se puede descartar que asistamos a una fase de consolidación, que la veríamos como una oportunidad para comprar ya que sería muy sana para disminuir la sobrecompra y que en cierta forma serviría para aliviar el mal de altura que paradójicamente parece percibirse más en Europa que en EEUU.