La publicación de las últimas actas de la Fed y el discurso de su presidenta, Janet Yellen, en el Parlamento indican que el banco central quiere pisar el acelerador. Incluso existen ya visos de que la próxima alza de tipos llegará en marzo. Sin duda, un endurecimiento monetario más rápido de lo previsto acelera el trasvase de recursos desde la renta variable a la fija y puede frenar el auge que Wall Street vive.
Ese viraje tendría consecuencias en Europa, cuya reconstrucción alcista tiene su motor al otro lado del Atlántico. Ahora bien, no hay razón para el alarmismo. Los expertos creen que el cupón del bono de EEUU debe subir hasta el 3,5% para que el trasvase se materialice. Es un amplio margen que invita a los inversores a evitar movimientos precipitados.
