
Según escribo todavía no conozco el veredicto de la Reserva Federal sobre los tipos de interés. No me preocupa lo más mínimo escribir sobre la Fed sin saber cuál ha sido la decisión. Si los sube está más que descontado y, si no lo hace, desde luego que no sería una tragedia. Para mí, lo importante es lo que haga a partir de ahora.
Una sola subida no va a afectar mucho a los mercados o a la economía. Pero varias sí. De lo que se trata es de predecir si va a haber más, cuántas y qué importe. Y, en mi opinión, esto va a depender en gran medida de lo que hagan los bonos y el dólar.
Goldman Sachs elabora un "índice de condiciones financieras" en los EEUU. Mide si son favorables para la economía o si, por el contrario, frenan su desarrollo. Los dos componentes fundamentales del índice son los tipos de interés y la cotización del dólar. Pero no tanto los tipos que fija la Reserva Federal, que son los tipos a corto, sino los del mercado de bonos (los tipos a medio y largo plazo) porque son los que marcan en EEUU el precio del crédito a medio y largo plazo, es decir, el que se aplica a las hipotecas o a las compras aplazadas de bienes, como un coche o una nevera. Y los de los bonos corporativos, con los que se financian las empresas y que en Norteamérica representan un mercado importantísimo.
Desde que Trump ganó las elecciones, el bono ha pasado del 1,60 por ciento al 2,50 por ciento, es decir, casi un punto porcentual. Por su parte el Dollar Index, que mide la cotización del dólar contra una cesta de las divisas más importantes ha pasado de 97 a 101.
Ya he explicado la importancia de los bonos, pero ¿por qué el dólar? Pues es sencillo: un dólar fuerte abarata las importaciones, lo que presiona a la baja los precios, y una de las misiones fundamentales de un banco central es la estabilidad de precios. Pero, además, en EEUU la otra misión del banco central del país es cuidar el nivel de empleo, y un dólar demasiado fuerte debilita la posición exportadora del mismo, ergo, indirectamente, el empleo. En la época de Reagan se destruyeron tres millones de empleos en el sector manufacturero como consecuencia de la fuerte subida que tuvo el dólar.
La conclusión es clara: si queremos saber qué va a hacer la Reserva Federal tenemos que analizar los datos económicos adelantados, pero yo le daría especial importancia a la evolución de los bonos y el dólar. La reciente caída de precios en los bonos (y consiguiente subida de tipos de interés) ha endurecido las condiciones financieras en EEUU mucho más de lo que lo hará la subida de tipos a corto de la Fed. Si el tipo de interés del bono americano siguiera subiendo, la Fed no tendría necesidad de ser muy agresiva. El mercado le hace el trabajo sucio. Es más, si se pasa de frenada podría neutralizar la mejora económica en vigor y la que se espera genere la aplicación del programa económico de Trump.
De más a más, una subida de los tipos de interés (tanto de corto, Fed, como de largo, mercado) atrae dinero hacia EEUU. El dinero va donde mejor lo pagan, y el tipo de interés es el precio del dinero. Si, como consecuencia, aumenta la demanda de dólares, sube el dólar. Y de ahí en adelante. Es un circulo virtuoso para quien haya invertido en dólares, pero puede ser vicioso para las exportaciones. Y desinflacionista. Y eso entra en el negociado de la Fed. Las comparaciones son odiosas, pero en economía pueden ser útiles. El subidón que generó la política económica de Ronald Reagan hizo subir tipos y dólar. No digo que vaya a ocurrir lo mismo, pero vigilar el paralelismo puede ser muy útil para predecir futuras subidas de tipos. La Fed debería tratar de evitar lo que acabó siendo un grave problema para las economías emergentes y, en paralelo, para muchos bancos norteamericanos, problema que hizo necesaria una reunión extraordinaria de ministros de Economía en el hotel Plaza de Nueva York y que acabó con una reestructuración en toda regla de la deuda de muchos países latinoamericanos, los famosos bonos Brady.
No creo que la Fed quiera que se repita aquello, y si no quiere lo que debe hacer es mirar al dólar y los bonos. Entre otras cosas porque esas enormes cantidades de dinero que se mueven por el mundo buscando resultados a corto ya se han fijado en que un depósito, o un fondo monetario, en dólares está siendo una buena inversión. En el mercado funciona la ley de la selva, que en economía se llama ley de la oferta y la demanda. Y se ha abierto la veda para la caza del dólar y la remuneración del mismo.