Este es el pueblo del siglo XII con uno de los nombres más curiosos de España: una sorpresa culinaria muy cerca de Madrid

Ubicado en el corazón de la provincia de Toledo, apenas a una hora y media en coche desde la capital, se encuentra el pueblo de Pulgar. Esta es una localidad que llama la atención de todos los que escuchan su nombre, uno de los más peculiares de España.

El nombre de Pulgar lleva a pensar directamente en uno de los dedos de las manos o de los pies, pero ni mucho más lejos. Los orígenes del pueblo tienen lugar en el siglo XII, cuando apareció citado por primera vez en documentos oficiales de 1155. Se trataba de una comunidad monástica y agrícola que dependía de la Sisla de Toledo, un conjunto de aldeas e instituciones bajo dominio eclesiástico.

Años más tarde, en 1214, el rey Enrique I donó el lugar a la Catedral de Toledo, aunque en 1243 Fernando III lo recuperó intercambiandolo con el arzobispo de Toledo. Ello llevó a que se reforzara todavía más su lado de aldea agrícola.

El nombre Pulgar

El origen de este curioso nombre tiene lugar del latín "pollicaris", un término que se relacionaba con el acto de podar. De esta manera queda claro su vinculación con el trabajo en el campo, especialmente en la poda de vides. "La parte del sarmiento que, con dos o tres yemas, se deja en las vides al podarlas para que en ella broten los vástagos", señala la página web pulgar.org.

Es un municipio ubicado a unos 25 kilómetros al sur de Toledo ciudad, concretamente en la comarca de los Montes de Toledo, a unos 720 metros de altitud. Según los últimos datos del INE, cuenta con un total de 1.600 habitantes censados, una cifra que no ha dejado de aumentar desde 1842, cuando tan solo tenía unos 398. Como curiosidad, en Pulgar el PSOE gobierna de forma ininterrumpida desde 1983.

El tesoro culinario de Pulgar

Este pueblo no es solo un lugar de tradición castellana con un topónimo curioso, sino que esconde el que ha sido considerado uno de los tesoros gastronómicos de la provincia. Se trata de la Taberna Restaurante El Hollejo, considerado por muchos un espacio que mezcla creatividad con la esencia más castellana. Eso sí, sin olvidarse de su gran selección de vinos.