
En el año 1956 John Ford estrenaba en EEUU un western protagonizado por su actor fetiche, John Wayne, que encarnó como nadie al héroe norteaemericano. Centauros del desierto contaba la angustiosa búsqueda de una niña raptada por los indios. Ford la cuenta casi como si de una tragedia griega se tratase. Era, y es, un western sombrío a la que vez que brillante. En su momento de estreno fue menospreciado por la crítica y al público, para que nos vamos a engañar, le dejó bastante indiferente. Sin embargo, pasados los años se volvió a descubrir, se popularizó y alcanzó niveles de mito. Hoy en día es considerada como una obra maestra, no sólo del género, sino de la propia historia del cine.
Es una película mítica que analiza la mitología del oeste como casi ninguna, presentándonos a un héroe muy especial. Fijaros en su sombrero y pañuelo, en su rifle, elementos que luego se imitaron en multitud de películas del género. Basada en una novela de cierto éxito, Ford hizo un poco lo que le dio la gana saltándose a la torera elementos, situaciones y personajes. Le dio una mayor profundidad, incluido el mítico final, que por cierto a nadie convencía durante la producción y que hoy se ha convertido en una imagen icónica copiada en más de una película.

Otro de los grandes aciertos de la película es el trabajo de Wayne, que sabía que no era un personaje cualquiera sino que requería de una buena interpretación ya que su papel era de una gran profundidad y una dimensión que nunca había mostrado antes. El actor lo logró con creces. De esta forma, vemos cómo se va sumergiendo en la oscuridad desde el secuestro de la niña por los indios y cómo este hecho le empuja a una búsqueda febril haciendo que su odio hacia ellos no tenga límites. Tanto que imaginamos que cuando la encuentre y la vea como una india más, no dudará en matarla justo por esa transformación.

Centauros del desierto pasa de lo íntimo a lo espectacular con escenas que te atrapan y no te sueltan. El ataque de los indios, por poner un ejemplo, estremece por la forma en que está hecha y por supuesto por cómo está contada. Es curioso lo que pasa con esta película porque cada vez que la veo de nuevo descubro algo que no había visto la vez anterior. Ante todos los dilemas que plantea, cada espectador adopta su propia experiencia personal. Probar a reuniros después de verla y os daréis cuenta de que las opiniones varían notablemente.

Alguien dijo de la película que es la historia de la búsqueda de un hombre como si fuese un cuento medieval donde un caballero se propone matar a un dragón, siendo de esta forma una odisea que se desarrolla en una tierra salvaje. John Ford dijo de ella que era la tragedia de un hombre solitario. Totalmente imprescindible para todos los amantes del gran cine. Se puede ver en Prime Video y Filmin.
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