Cabo de Gata esconde un pequeño pueblo pesquero con playas volcánicas y donde el tiempo parece haberse detenido

Escondido y oculto en mitad del Cabo de Gata, encontramos un pequeño pueblecito de casitas de color blanco que contrastan con la tonalidad rojiza de sus montañas. Aquí parece que tiempo de paró hace unos años y todavía es posible disfrutar de la tranquilidad, de la pausa y del sonido del mar. Estamos hablando de Las Negras, un enclave pegadito al océano que ha sabido respetar su esencia marinera y que se conforma como el destino perfecto para quienes buscan disfrutar de la costa de Almería en un remanso de paz.

Con un antiguo pasado marinero

Aquí no esperes encontrar esas calles abarrotadas de comercios, tiendas de souvenirs o grandes complejos hoteleros, en Las Negras solo hay pequeñas casitas encaladas que casi besan el mar, barcas con las que poder pasear y el olor a agua y salitre. Es precisamente este su encanto, ya que su atmósfera pausada y su entorno lo convierten en un lugar donde poder desconectar durante las vacaciones.

Hace unas décadas, este lugar no era más que un punto que trataba de sobrevivir con la actividad pesquera y que, a día de hoy, se ha convertido en una parada obligatoria si se visita Cabo de Gata. Todas sus pequeñas callejuelas conducen al mar, donde destacan sus playas de origen volcánico y con aguas color turquesa.

Si hablamos de playas, realmente deberíamos referirnos a playa, ya que tan solo encontramos una, llamada también Las Negras. A pesar de ser pequeñita y con forma redondeada, dispone de todas las comodidades para poder disfrutar de ella. Además, los amantes de los deportes acuáticos también encuentran aquí el lugar donde poder practicar submarinismo, pesca, kayak y navegación. Eso sí, también es justo mencionar sus tres calas cercanas.

Si tuviéramos que destacar una sería la Cala San Pedro, una pequeña joya escondida a la que solo se puede llegar andando o en barco y que alberga las ruinas de un antiguo castillo y es el hogar de una comunidad hippie. Ahora bien, la cala del Cuervo es la más accesible desde el pueblo, ya que está a tan solo diez minutos andando. Pero si lo que realmente se busca es intimidad y calma, cala Hernández es la indicada.

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