Evasión

El "tesoro escondido de Pontevedra" es un pueblo costero que combina belleza e historia

Fuente: Istock

Galicia es el verdor de sus senderos y bosques, es el olor y el sabor de su deliciosa gastronomía, es calidez, es el vértigo que produce alguno de sus acantilados y también es agua salada, sol y arena fina. Porque sí, más allá de la mala fama de lluviosa que la precede, también es un destino donde disfrutar del salitre y dejar que el sol broncee nuestra piel. Desde hace un tiempo ya que se conoce a Galicia como 'Galifornia', y aunque se dice que las comparaciones son odiosas, nuestro norte no tiene nada que envidiarle a la costa americana.

Si hay un lugar en Galicia que reúne todas esas características que acabamos de exponer, ese es O Grove, un pequeño pueblecito costero de la comarca de Salnés, donde más allá de sus magníficas calles, también se despliega un casco antiguo repleto de historia y encanto.

Conocido como el Caribe gallego

Aguas cristalinas, playas de arena fina y un clima excepcional. Aunque estas características podrían transportarnos al más mítico Caribe, lo cierto es que en el norte de España también encontramos nuestro paraíso particular.

Pontevedra se caracteriza por ser una de las provincias con las playas más bonitas de España, prueba de ello es que más de la mitad de las Banderas Azules de Galicia se encuentran ahí. La playa de la Lanzada es una de las mejores de toda la región y la verdad que sobran los motivos: agua cristalina y casi dos kilómetros y medio de arena blanca y fina.

Es una de las favoritas entre los amantes de los deportes acuáticos, como el surf, ya que las corrientes de aire aquí son bastante pronunciadas y hace que se den todas las cualidades para poder practicar windsurf o surf. Además, gracias a su amplitud, es posible que tanto bañistas como deportistas convivan sin tener que molestarse.

San Vicente do Grove
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Un remanso de historia y cultura

Más allá del olor a salitre y el mar, O Grove tiene mucho más que ofrecer. Hay que destacar sus espacios naturales, como la zona de las dunas o la laguna a A Bodeira, ambos lugares donde es posible disfrutar de uno de los atardeceres más bonitos de España.

Además, sus calles también esconden un auténtico tesoro, donde la historia y el arte son los verdaderos protagonistas. Pasear por O Grove es sinónimo de conocer una enorme colección de esculturas, que no solo adornan la ciudad, sino que también forman parte del patrimonio del pueblo. Incluso, sigue estando presente la huella del pasado, prueba de ello es el Castro de Adro Vello, una necrópolis celta siglo V situada muy cerca de la playa de O Carreiro y que también fue utilizada como un enclave defensivo durante la Edad Media.

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