Ni Luarca ni Candás: este pueblo de Asturias tiene el título de ser uno de los más bonitos de España

El norte está repleto de joyas y principal motivo es el contraste del verdor de sus paisajes, con el azul intenso de sus playas. Todo esto lo podemos encontrar en el Principado de Asturias, donde sus municipios adquieren un encanto especial. Y esto no lo decimos nosotros, sino que hasta cinco de ellos han conseguido el título de ser uno de los 'Pueblos más bonitos de España'. Bulnes, Cudillero, Llastres, Torazu y Tazones. Este último, además de su encanto natural, ha logrado colarse en la lista gracias a su patrimonio histórico y su entorno poco masificado.

Pequeño, pero encantador

Llegar a Tazones es un viaje por todos los sentidos, naturaleza, patrimonio, historia, mar y buena comida. Ubicado en el municipio de Villaviciosa, en la Comarca de la Sidra, este pequeño pueblecito marinero tiene todo lo necesario para disfrutar durante una escapada de fin de semana.

Tan solo es necesario pasear por sus dos barrios, San Roque y San Miguel, para descubrir cuáles son sus encantos y el motivo por el que forma parte de la lista de los pueblos más bonitos de España. Entre ellos destacan su pequeño y bonito puerto, coronado con su espectacular faro, y su iglesia parroquial.

Además, algo que sorprende a cualquiera que visita su pequeña playa son las huellas de dinosaurios terópodos, algo casi inaudito de la región, y que dota de un encanto especial a Tazones.

Pieza clave en la historia de España

Lo que no todo el mundo sabe es que este lugar también fue clave para la historia de España. En el año 1517, el nieto mayor de los Reyes Católicos, Carlos, fue llamado por la corte para hacerse cargo del trono ante la incapacidad de su madre, Juana 'la Loca'. Por aquel entonces, atravesar el continente europeo resultaba peligroso, sobre todo por la enemistad que había con el rey francés Francisco I.

Fue por ello, por lo que se decidió que el viaje se hiciera por mar. Lo que no se esperaban es que la nave real se extraviara y llegara hasta el pequeño puerto de Tazones. Una casualidad que convirtió a este encantador pueblecito en el primer lugar que conoció el joven que acabaría convirtiéndose en el emperador Carlos V.

Por ello, cada 17 de agosto se celebra la fiesta de San Roquín, momento en el que se recrea aquel desembarco con personajes vestidos de época y que, posteriormente, desfilan por las calles del pueblo.