
El reto de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero está cada vez más asentado en nuestra economía y una muestra más de ello es que el hidrógeno verde, una de las alternativas a los combustibles fósiles, ha ido ganando cada vez más protagonismo en múltiples sectores. Tanto es así que, en 2017, se formó el Hydrogen Council, una iniciativa de carácter global integrada hasta ahora por 92 empresas energéticas, de transporte e industria, que persigue precisamente el desarrollo de una economía del hidrógeno a largo plazo. En concreto, el objetivo que se han marcado para el año 2050 fija en un 18% la demanda mundial de energía abastecida por este vector energético.
Pero no solo desde el sector privado se está fomentando el uso del hidrógeno como pieza fundamental de la transición energética, sino que la propia Comisión Europea lo considera esencial para conseguir que el Viejo Continente se convierta en el primero climáticamente neutro para 2050 y, por ello, ha desarrollado una estrategia para fomentar esta novedosa energía limpia, que abre todo un camino de oportunidades para el desarrollo de nuevas tecnologías y la creación de puestos de trabajo. Algo que, teniendo en cuenta la época que tendremos que afrontar con motivo de la crisis sanitaria del Covid-19, podría ayudar de modo importante en la ardua tarea de revitalizar nuestra economía.
Un buen ejemplo de ello es la firme apuesta de Redexis por el hidrógeno renovable. La compañía gasista pretende invertir 60 millones en los próximos años en proyectos relacionados con la transición energética gasista, con el hidrógeno como vector energético. Y lo hace basándose en que se trata de una energía que se produce a partir de fuentes renovables, no emite dióxido de carbono durante su producción y puede inyectarse en las redes de transporte y distribución de gas natural, lo que permite aprovechar la infraestructura ya existente.
Para ahondar en esta energía, desde Fundación Redexis han publicado el informe Hidrógeno, clave para un modelo energético sostenible, en cuyas páginas se analiza la situación en la que se encuentra este vector en los diferentes países del mundo, con especial atención a las oportunidades que brinda su impulso en nuestro país de cara a convertirnos en líder tecnológico en la producción, almacenamiento y exportación de hidrógeno verde, lo que supondría a su vez un impacto más que positivo en nuestra industria y, como consecuencia, en la economía nacional.
Bajo este precepto, existen diversos proyectos en España que persiguen el desarrollo e implantación del hidrógeno y en los que la compañía está involucrada. Entre ellos, habría que destacar el Proyecto Higgs, una iniciativa de cooperación europea a través de la cual se estudiará la posibilidad de inyectar hidrógeno en las infraestructuras existentes de gas natural como una de las soluciones que permita ver reducidas las emisiones de dióxido de carbono. Del mismo modo, la empresa forma parte del Proyecto Power to Green Hydrogen Mallorca, que aborda el despliegue de un ecosistema de hidrógeno renovable totalmente integrado y en funcionamiento en esta isla balear, así como en el Proyecto de Integración de Pila de Combustible, que ha supuesto la integración de una pila de combustible en una estación de regulación y medida (ERM) en uno de los gasoductos de la compañía en Zaragoza, con el fin de suministrar electricidad y calor –una iniciativa pionera en España–. Todo esto, no se nos olvide, con un impacto muy importante en lo que respecta a la reducción de la huella de carbono.

Apuesta por la sostenibilidad
Todas las actividades que lleva a cabo Redexis tienen en cuenta, y mucho, la sostenibilidad y la gestión responsable de infraestructuras energéticas, algo que queda demostrado con la publicación de su II Informe de Sostenibilidad o los reconocimientos de índole internacional que ha recibido de índices de sostenibilidad como GRESB o Vigeo Eiris.
En este sentido, el gas natural se presenta como uno de los mayores aliados de Redexis a la hora de conseguir reducir el máximo posible la huella de carbono. Y es que, se trata del combustible fósil con menores emisiones de efecto invernadero, gases contaminantes y partículas, por lo que resulta esencial con vistas a la consecución de los objetivos marcados en la Agenda 2030 en términos de emisiones. Además, no se puede obviar la vertiente económica, pues el gas natural posee un mayor rendimiento que otras fuentes de energía más contaminantes, dado que el consumo final es menor. Al mismo tiempo, se reducen los costes y permite aumentar la potencia, generando un abastecimiento continuo y seguro. En definitiva, una opción que resulta económicamente más competitiva para las industrias y más ventajosa para clientes residenciales y terciarios, que a la vez que ven reforzada la seguridad del suministro energético, comprueban cómo se reduce fuertemente el impacto ambiental.
En lo que se refiere a la inversión, Redexis aumentó el pasado año su apuesta, hasta los 151 millones de euros desembolsados para el despliegue de nuevas redes de distribución, lo que supone un 9,1% más que en 2018.
Con ello, la compañía continúa contribuyendo a satisfacer la demanda de la sociedad y las comunidades en las que está presente, logrando aumentar el número de municipios en los que da servicio, el número de puntos de suministro y la cantidad de energía distribuida.
El futuro de la movilidad
Más allá del sector industrial y residencial, el de la movilidad es otro de los ámbitos que más oportunidades ofrece en cuanto a la reducción de emisiones. Y en esta dirección apuntan desde Redexis, que sitúan el Gas Natural Vehicular (GNV) como una de las alternativas al panorama actual, marcado por unas emisiones inasumibles. Así, esta opción, entendida como el uso de gas natural como carburante para los coches, supone una reducción de emisiones de dióxido de carbono importante y la eliminación de la emisión de partículas y óxidos de azufre. Además, estas bondades desde el punto de vista medioambiental se ven reforzadas por lo económico, pues el uso de GNV como combustible en vehículos ligeros y pesados conlleva ahorros de hasta el 30% en coste por kilómetro en el caso de los diésel y de hasta el 50% si hablamos de los vehículos a gasolina.
Por todo ello, Redexis está potenciando la implantación y el desarrollo del gas vehicular, a través de la creación de gasineras donde poder repostar vehículos propulsados por GNV. En este sentido, la compañía ha suscrito acuerdos con importantes compañías para el impulso de esta alternativa de combustible y la construcción de gasineras a nivel nacional. Aquí, destaca el acuerdo alcanzado el año pasado con Cepsa, con el que se pretende crear la mayor red de gasineras de nuestro país. Por el momento, se han puesto en marcha la expansión de siete, que cubrirán las provincias de Murcia, Zaragoza, Madrid, Gerona, Cuenca, Jaén y Zamora, si bien el fin último con esta alianza es alcanzar un total de 80 estaciones de servicio con suministro de GNV.
Compromiso social
Más allá de la apuesta que Redexis hace por la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, es igualmente reseñable su compromiso con la sociedad, algo que ha quedado demostrado durante estos meses de pandemia.
La empresa continuó plenamente operativa tras el decreto del estado de alarma del 14 de marzo, garantizando en todo momento el correcto suministro energético a todos sus clientes y prestándose a las administraciones para colaborar en todo lo que estuviera en su mano dentro de sus competencias.
Además, han puesto en marcha una serie de iniciativas para aportar su granito de arena en una época muy complicada para muchos hogares. Así, han llevado a cabo el pago de facturas de Gas Licuado del Petroleo (GLP) de los clientes más vulnerables que lo han solicitado durante el estado de alarma, así como la donación de 10.000 euros a la Federación Española del Banco de Alimentos, para contribuir en la tarea de garantizar el alimento y el suministro energético a alrededor de 1,1 millones de personas vulnerables.

Desde Fundación Redexis, por su parte, también han efectuado una donación de más de 100.000 euros en material sanitario y tecnológico a los servicios sanitarios de distintas comunidades –como Madrid, Aragón y Castilla-La Mancha– y a centros específicos como el hospital de campaña de IFEMA.