Especial medio ambiente

Las empresas españolas avanzan a la descarbonización

  • El sector eléctrico, uno de los más concienciados con la desconsideración
Foto: Archivo.

El pasado 1 de noviembre, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (MNUCC) confirmó que Madrid será la sede de la nueva Cumbre del Clima (COP25), que tendrá lugar entre el 2 y el 13 de diciembre. Esto se produce tras la renuncia de Chile, motivada por la inestabilidad social que está sufriendo el país andino.

La COP25 mantendrá su principal misión, que no es otra que la de preparar el terreno para que los países presenten contribuciones de lucha contra el cambio climático, en el marco del Acuerdo de París, y que sean más ambiciosas que las actuales a comienzos de 2020. Con ello, se pretende alcanzar la meta de no llegar a los dos grados de incremento medio de la temperatura en el planeta, redoblando los esfuerzos para mantenerlo en los 1,5 grados.

Las compañías españolas, conscientes de la emergencia climática, ya se han puesto manos a la obra y están implementando diversas estrategias enfocadas a la reducción de emisiones

En la cumbre no solo participarán los representantes de cada uno de los países adheridos al Acuerdo de París o las ONG, sino que también tendrán un papel relevante las empresas, que podrán presentar e intercambiar sus opiniones y propuestas para combatir el cambio climático, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Las compañías españolas, conscientes de la emergencia climática, ya se han puesto manos a la obra y están implementando diversas estrategias enfocadas a la reducción de emisiones. Según el último informe del Observatorio de la Sostenibilidad, sobre las empresas más contaminantes de 2018, "las compañías eléctricas han iniciado, por lo general, la senda hacia la descarbonización". Prueba de ello es que, por ejemplo, Naturgy ha reducido las emisiones en un 20%; Viesgo e Iberdrola, un 18%; EDP, un 17%, y Endesa, un 9%. También, aunque en menor medida, se ha registrado un descenso en las petroleras; entre otras compañías, Cepsa se apunta un descenso del 5% y Repsol-Petronor del 1%.

Mucho camino por recorrer

Aunque las emisiones de GEI descendieron en España en 2018, la situación está aún lejos de la senda marcada por el Acuerdo de París. Según las estimaciones del Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, emitido por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco), las emisiones brutas alcanzaron el pasado año los 332,8 millones de toneladas de CO2-eq, un 2,2 por ciento menos que en 2017.

En buena parte, este descenso guarda relación con el registro de precipitaciones, que estuvo un 25% por encima del valor medio anual, según el periodo de referencia 1981-2010. Esto ha conllevado una caída del 15,7% en las emisiones correspondientes a la generación eléctrica y un aumento sobresaliente de la energía hidráulica (87%). El transporte se posiciona como el sector que más contribuyó a las emisiones, con un 27% del total, por delante de la generación eléctrica o la industria.

La ONU afirma que las empresas "pueden ser parte de la solución si se comprometen a eliminar las emisiones de carbono de sus operaciones y cadenas de suministro"

En cuanto a las temperaturas, si nos remitimos a los datos publicados por Aemet, también reportaron en 2018 unas cifras halagüeñas pues, aunque la media se situó en los 15,5 grados centígrados, se sitúa como el noveno año más cálido del siglo XXI, por debajo de los cuatro años precedentes. En cambio, todos estos números, más allá de lo coyuntural, continúan reflejando la necesidad de potenciar las medidas de lucha contra el cambio climático.

Ya en 2015, la preocupación de los diferentes agentes económicos, políticos y sociales por la sostenibilidad cristalizó en una nueva agenda de desarrollo sostenible, con objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad. Son los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y el número 13, de Acción por el Clima, aboga por adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Esta misión, además, no debe limitarse a los diferentes gobiernos, sino que debe emprenderse de manera coordinada junto al sector privado y la sociedad civil.

Cuatro líderes mundiales

En lo que concierne a las compañías, la ONU afirma que "pueden ser parte de la solución si se comprometen a eliminar las emisiones de carbono de sus operaciones y cadenas de suministro". Para alcanzar este objetivo, las empresas deben mejorar su eficiencia energética, además de reducir la huella de carbono de sus productos, servicios y procesos. De la misma manera, la ONU incita a un aumento de la inversión en el desarrollo de productos y servicios innovadores e inclusivos, climáticamente inteligentes y con bajo nivel de emisión de carbono.

Para ello, recomienda el establecimiento de metas para la reducción de las emisiones en consonancia con la climatología y, por último, que las firmas estén preparadas para esa adaptación al cambio climático, gracias a un refuerzo de la resiliencia en sus operaciones, las cadenas de suministro y las comunidades en las que operan.

Se perciben cada vez más oportunidades de negocio relacionadas con el cambio climático

El desempeño de las compañías españolas en materia de sostenibilidad está siendo notable. Muestra de ello es la presencia de 15 de ellas (mismo número que en la edición anterior) en el último Dow Jones Sustainability Index (DJSI), publicado en el pasado mes de septiembre. En este prestigioso índice, correspondiente a 2019 y en el que figuran las 317 empresas más sostenibles a nivel mundial según los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo), figuran Amadeus, BBVA, Banco Santander, Bankinter, CaixaBank, Enagas, Endesa, Ferrovial, Naturgy, Iberdrola, Inditex, Indra, Mapfre, Red Eléctrica, Siemens Gamesa Renewable Energy y ACS, la última en incorporarse a la lista.

Además, cuatro de estas firmas encabezan el ranking en su sector de actividad, con lo que se puede afirmar que son líderes mundiales en sostenibilidad. Es el caso de Banco Santander, en banca; Enagás, en transporte energético; Ferrovial, en construcción e ingeniería, y Naturgy, en la rama gasística.

Oportunidades de negocio

La actividad de las empresas para reducir su impronta en el cambio climático es tan intensa que son muchas las publicaciones que abordan la materia. Por ejemplo, el informe El rol del sector privado hacia una economía cero en carbono en España, elaborado por Ecodes para la organización CDP, aborda el liderazgo, desempeño y transparencia que las empresas más importantes de nuestro país están adoptando en materia de cambio climático. En concreto, han sido 49 compañías (que representan el 86% del total de capitalización de mercado) y apuntan a una tendencia más que positiva, dado que el 98% afirma que el cambio climático está integrado en su estrategia de negocio y que su gestión está supervisada por el Consejo o un alto directivo de la empresa.

Esto refleja el cambio de paradigma que ha vivido el tejido empresarial en estos últimos años en relación a la sostenibilidad. Lejos de entender estas medidas como un coste, las firmas las toman como una inversión a medio y largo plazo, con un retorno no solo a nivel de reputación, sino también económico.

Muestra de ello es que se perciben cada vez más oportunidades de negocio relacionadas con el cambio climático. Esto se debe, según el informe de CDP, a varios factores. Por una parte, los cambios en la regulación y la aplicación de políticas que fomentan el consumo de productos bajos en carbono o penalizan y buscan erradicar aquellos "altamente contaminantes". Entre estas medidas, destaca el Paquete de Economía Circular de la Comisión Europea, la Estrategia Europea 2020 o la trasposición del Acuerdo de París en las normativas nacionales.

Por otro lado, además, la concienciación de clientes y consumidores en torno al cambio climático deriva en "una mayor demanda de nuevos productos y servicios, tanto por un tema de mayor sensibilización, como por la aparición de nuevas necesidades".

En concreto, el 85% de las empresas que han participado en el estudio afirma hallar oportunidades en cuanto a nuevos productos y servicios relacionados con el cambio climático. Del mismo modo, cerca del 50% aprecia una posibilidad de alcanzar una mayor eficiencia en el uso de los recursos o a nivel de mercado, mientras que otras, más minoritarias, apuntan a una oportunidad relacionada con las fuentes de energía o la resiliencia.

Retos de futuro

Que las compañías españolas están tomando cartas en el asunto es incuestionable, ahora bien, aún tienen por delante importantes desafíos que afrontar, del mismo modo que el resto de agentes involucrados. Según se puede extraer del estudio de CDP, el 73% de las firmas afirma "haber logrado disminuir sus emisiones" mediante actividades destinadas a tal fin. Sin embargo, el 57% ha aumentado el total de sus emisiones en 2018, de la mano de un crecimiento de la actividad económica (35%) y los procesos de adquisiciones (24%). El resultado final es que ha aumentado un 6% el total de las emisiones de estas empresas respecto a 2017.

Todos estos datos reflejan la persistencia de una estrecha relación entre crecimiento del negocio y volumen de emisiones, y la necesidad de desligar ambos factores. Para alcanzar este objetivo, desde CDP se insta a "trabajar con objetivos mixtos", tanto absolutos como de intensidad, que permitan la consecución de los objetivos en reducción de emisiones. Una carrera de fondo en la que gobiernos, empresas y ciudadanía forman un mismo equipo.

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