
Todos sabemos que las dificultades y desafíos son el mejor aliciente para que las pequeñas y grandes empresas surjan; así ha sido a lo largo de la historia y así seguirá siendo. El entorno económico de hoy nos pone a prueba.
Nuestra presencia editorial en Latinoamérica nos permite entender, contrastar y analizar la situación socioeconómica de forma constante y veraz. La proximidad cultural y la hermandad que nos une son siempre ventajas bilaterales que nos acompañan. El Especial América, en su noveno año, es un ejemplo de ello.
La llegada de capital español a Latinoamérica -a través de multinacionales, pymes, empresas emergentes, fondos de inversión...- totaliza 131.586 millones de euros, es decir, un 28% de la inversión exterior española. Al mismo tiempo, los flujos en la dirección contraria se han intensificado en los últimos años, de modo que las compañías latinoamericanas acumulan hoy más de 40.500 millones de euros de inversión en España. Además, cerca de un cuarto de los ingresos de las compañías del Ibex 35 proceden de América Latina.
La irrupción de la pandemia de COVID-19, y las graves consecuencias económicas que lleva aparejadas, han dificultado estas fértiles relaciones. En sus proyecciones de abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) preveía una contracción del PIB global del 3%, "mucho peor que la registrada durante la crisis financiera de 2008-09". Las estimaciones para América Latina y para España son todavía menos halagüeñas.
En este escenario, puede resultar tentadora la solución de plegar velas y concentrarse en el ámbito nacional. Con anterioridad a esta crisis, veníamos observando un creciente deterioro de la globalización. Al golpe asestado por la Gran Recesión de 2008-09 y por la disputa comercial entre Estados Unidos y China de los últimos años, se ha sumado ahora un tercer impacto en forma de fronteras cerradas y disrupción en las cadenas comerciales. Como explica Enrique V. Iglesias -presidente de honor del Consejo Editorial elEconomistaAmérica-, a los desafíos que plantea el COVID-19 se añade la necesidad de forjar consensos básicos que refuercen el orden político y económico surgido tras la Segunda Guerra Mundial, basado en las sociedades abiertas.
En elEconomista estamos convencidos de la validez de estos argumentos. Desde nuestra fundación en 2006 hemos apostado por la libertad económica y comercial, y tendido puentes entre los empresarios de España y América. Por todo lo anterior, en Editorial Ecoprensa nos reafirmamos en nuestro compromiso transatlántico y confiamos en que esta crisis sirva al menos para retomar con más fuerza los vínculos entre América y Europa, y, por supuesto, España.