Energía

Endesa, Iberdrola y Naturgy buscan un acuerdo para el futuro de Almaraz

  • Iberdrola y Naturgy proponen una reunión a tres bandas...
  • ... si las inversiones crecen más del 15%
  • Endesa reclama 120 millones para la revisión periódica de seguridad
La central de Almaraz. Foto: Archivo.

Endesa, Iberdrola y Naturgy buscan un acuerdo que permita ampliar la vida de la central nuclear de Almaraz. Aunque cada una de las partes mantiene sus resistencias sobre algunos de los puntos que consideran irrenunciables, las empresas han comenzado a flexibilizar sus posturas para alcanzar una solución.

La reunión comenzó a las cuatro de la tarde y estaba prevista la asistencia por Iberdrola de Francisco José López, por Endesa de Gonzalo Carbó y por Naturgy de Vicente Gil.

Iberdrola y Naturgy apuestan por un cierre definitivo en los términos previstos en el Protocolo firmado por Enresa mientras esta última considera que estas fechas no deben estar grabadas en piedra y, de hecho, instan a que no se ponga una fecha definitiva de cierre sino indicativa.

En la asamblea celebrada el pasado 12 de marzo, Endesa indicó que no se podían incluir unas bases donde se condicionase la solicitud y su firmeza a las inversiones que marque el CSN y que se produzca de forma automática un desistimiento. La eléctrica solicitaba que en esos momentos se produjera una reunión de la Asamblea para decidir cómo proceder.

Naturgy, por contra, pidió que se desistiera si se imponen inversiones superiores sin que se pueda reclamar por daños entre los propietarios. Iberdrola, por su parte, apoyó la postura de Naturgy y se optó por aplazar la reunión hasta hoy. En este periodo, Iberdrola y Naturgy han hecho circular una nueva propuesta en la que se planteaba que si el nivel de inversión requerido por la planta se incrementaba en un 15% sobre los cerca de 400 millones de inversión debería celebrarse una reunión de las tres partes para decidir si se continúa adelante, un extremo que Endesa considera que debería ir ligado al cumplimiento del protocolo para garantizar que se puedan alcanzar los años de vida que todas las empresas han aceptado.

En la propuesta planteada, se pedía que Endesa se pronunciara si apoyaba explícitamente el cierre a los siete años pero la empresa mantenía su intención de que fuera indicativo.

A Enresa la adopción de este protocolo le impactará del orden de 60 millones en sus cuentas

Las cuentas que manejan las eléctricas en el plan de negocio para Almaraz es que la ampliación de vida puede generar alrededor de 1.000 millones. Para el bloque de Iberdrola y Naturgy, los costes de predesmantelamiento se sitúan en 900 millones mientras que la estimación de Endesa ronda los 600 millones. Estas cantidades tendrán que gastarse en cualquier caso tanto si se solicita una nueva licencia como si finalmente no se hiciera, una opción que por el momento nadie tiene en la cabeza después de haberse suscrito el protocolo y que el Gobierno además espera que no se produzca. De hecho, el ministerio de Transición Ecológica ha mantenido contactos discretos con algunas de las partes para sondear la marcha de la negociación.

El punto de discrepancia en la reunión se centró en la inversión de 120 millones para la revisión periódica de seguridad para los dos grupos, un extremo que Endesa consideraba una exigencia ya que fue el coste de la anterior revisión.

El Ayuntamiento de Almaraz y el comité de empresa de la central nuclear del municipio protagonizaron este martes varios actos de protesta a la espera de conocer la decisión definitiva de las propietarias de la instalación sobre el futuro de ésta.

Endesa anunció que la adopción de este protocolo le impactará del orden de 60 millones en sus cuentas, ya que las centrales se acercarán mucho más a los 50 años de vida a los que amortiza estas plantas.

Reunión en Vandellós

Para mañana está previsto que se celebre la reunión que debe afrontar el futuro de Vandellos 2. La central logró superar una misión Pre-Salto llevada a cabo por la OIEA del 15 al 23 de enero en la que se concluía que la central podía operar de manera segura a largo plazo.

Para Endesa, en el caso de Vandellós, cualquier cosa que no sea solicitar una licencia por diez años supondría el incumplimiento del protocolo firmado, con el agravante de que Enresa ya no podría utilizar el calendario indicativo de cierres como punto de partida para elaborar el Plan General de Residuos Nucleares, lo que supondría un incremento notable de la tasa de residuos.

El protocolo marca que Almaraz apruebe antes de acabar marzo solicitar una prórroga por 7,4 años para el grupo I y por 8,3 años para el grupo II, lo que permitirá alcanzar una vida a esta planta de 45 años. De este modo, Trillo se convertirá en la planta más longeva, ya que se puso en operación en 1988 y podrá cerrar en 2035, es decir, un total de 47 años de funcionamiento. La central nuclear de Ascó y la de Cofrentes afrontarían su cierre en 2030, el grupo II de Ascó en 2032, y Vandellós II en 2035. La decisión de prolongar la vida de las nucleares a un umbral de 46 años supone un menor hueco térmico para las centrales de ciclo combinado de gas que podrían beneficiarse de esta menor capacidad de respaldo.

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