
El enfrentamiento por el futuro de las centrales nucleares entre Endesa e Iberdrola/Naturgy parece volver a calmarse tras meses de negociación de un calendario de cierre.
El consejo de administración de Endesa aprobará la próxima semana, además del nombramiento de su nuevo presidente, el calendario de funcionamiento de estas plantas en España para los próximos años. De este modo, la compañía ratificará posteriormente el protocolo propuesto al considerar que se trata de un plazo mínimo de funcionamiento de acuerdo con el Plan Nacional de Energía y Clima pero que no debe considerarse como una medida definitiva, escrita en piedra, sino como una guía que deberá revisarse en función de la situación del sistema eléctrico, tal y como se hará con la evolución del propio plan.
EDP también firmará
La eléctrica portuguesa EDP también tendrá que ratificar el acuerdo la próxima semana puesto que cuenta también con una participación minoritaria en Trillo.
Iberdrola y Naturgy, por su parte, firmaron el miércoles con Enresa el protocolo propuesto en el que se marca una vida para las centrales nucleares de entre 45,5 y 46 años frente a los 40 años a los que se aspiraba de vida en un principio, un extremo que resulta beneficioso para la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán puesto que tendrá completamente amortizadas estas plantas, lo que puede suponer un impacto positivo de 100 millones para la compañía, según las cuentas realizadas por Royal Bank of Canada (RBC).
Endesa considera que de aprobarse esta medida sus cuentas tampoco se verán afectadas ya que las centrales se acercarán mucho más a los 50 años de vida a los que amortiza estas plantas y dependerá de la situación existente en el mercado y de los informes que en esos momentos tendrá que realizar Red Eléctrica la decisión definitiva o no del cierre de las mismas.

Según la propuesta firmada por las eléctricas, las central nuclear de Almaraz aprobará en su próxima reunión del día 12 de marzo solicitar una prórroga por 7,4 años para el grupo I y por 8,3 años para el grupo II, lo que permitirá alcanzar una vida a esta planta de 45 años.
La central de Trillo se convertirá en la planta más longeva, ya que se puso en operación en 1988 y podrá cerrar en 2035, es decir, un total de 47 años de funcionamiento. La central nuclear de Ascó y la de Cofrentes afrontarían su cierre en 2030, el grupo II de Ascó en 2032, Vandellós II en 2035.
La decisión de prolongar la vida de las centrales nucleares a un umbral de 46 años supone un menor hueco térmico para las centrales de ciclo combinado de gas que podrían beneficiarse de esta menor capacidad de respaldo.
Con la propuesta planteada por Enresa, el incremento de la tasa nuclear será de apenas el 20% y no del doble como podría haberse planteado en un escenario de cierre. Así, finalmente, parece que Endesa e Iberdrola han pactado el cierre de tres centrales nucleares antes de 2030, como ya indicó elEconomista en agosto.