El fondo soberano de Abu Dhabi, Mubadala Investment, ha decidido desprenderse de un 30% del capital de la petrolera española Cepsa, valorado en más de 3.000 millones de euros, según indicaron fuentes conocedoras de la operación.
Para realizar esta venta, se ha contratado los servicios de Rotschild como asesor financiero y de Allen & Overy como asesor legal de la petrolera y de Clifford Chance por parte de los bancos financiadores.
La transacción está articulada como un dual track, es decir, que se podría materializar tanto como una venta a un tercero como con una colocación en la Bolsa de Madrid entre inversores institucionales, lo que supondría el regreso al parqué de la compañía, siete años después de su exclusión.
Aunque la opción que se considera más probable es la cotización de la empresa, esta vía es la que menos le gusta al fondo propietario, que estaría interesado en incorporar a un inversor que compartiera los mismos valores, tal y como se encargó de aclarar el máximo responsable de Mubadala Petroleum, Musabbeh Al Kaabi, en una reciente entrevista con el diario The National de Abu Dhabi.

Por el momento, Rotschild ha comenzado a sondear el interés de posibles inversores de capital privado, fondos de pensiones y soberanos para poder entrar en esta subasta y, según han indicado fuentes consultadas por este diario, ya han recibido muestras de interés del fondo CVC.
Este fondo, que dirige Javier de Jaime, que cuenta en España con participaciones en Cortefiel y Deoleo, acaba de protagonizar la compra del 20% que Repsol tenía en Gas Natural Fenosa y desembarcó también en el accionariado de la Compañía Logística de Hidrocarburos, lo que lo convierte en una de las entidades con mayor exposición al sector energético español.
El tamaño de esta operación podría permitir la coinversión de varios fondos o la participación de los grandes jugadores con presencia en el sector energético español como son el ya compañero de viaje en Gas Natural, GIP, o KKR. La operación de Cepsa resulta en principio poco atractiva para los grandes operadores petrolíferos mundiales porque Mubadala no se desprende de una participación de control.
Con este escenario, y el volumen que supone, las grandes ofertas parecen difíciles de conseguir ya que a los fondos no les gusta en general participar en subastas y prefieren operaciones directas.
Desembarco en 2011
Mubadala, por aquel entonces IPIC, tomó el control de Cepsa en el año 2011, tras comprar a la petrolera Total su participación y lanzar una OPA por el 100% de la energética. La valoración por aquel entonces de la compañía ascendía a unos 8.000 millones.
La valoración ahora superaría esta cantidad con creces, ya que, desde entonces, la firma ha ido creciendo hasta convertirse en una de las joyas de la corona de Mubadala. En este sentido, Cepsa ha crecido en sus dos principales negocios.
Por un lado, desde hace años y anticipándose a los nuevos tiempos ha aumentado su apuesta por el sector químico, lo que se ha traducido en la puesta en marcha de las plantas de Shanghai (China) y Dumai (Indonesia). Por otro, mantiene su apuesta por la exploración y producción, donde compró a finales de 2013 la norteamericana Coastal Energy por más de 1.600 millones, aunque esta opración no le salió bien. En 2017, registró un beneficio neto de 743 millones de euros, un 23% más que el año anterior y en el primer trimestre de este año se ha resentido levemente por la caída de los márgenes de refino.
La operación, además, será uno de los grandes acuerdos del año, en el que el sector de la energía vuelve a estar en el punto de mira de los grandes inversores internacionales, como han demostrado operaciones recientes como la venta del 50% que Goldman Sachs tenía en Redexis por unos 1.500 millones, la compra del propio CVC y los March del 20% que ostentaba Repsol en Gas Natural, la adquisición de Global Contour de las termosolares de Acciona por 1.100 millones o la adquisición de I Squared de las termosolares de Manuel Jové por 500 millones.
Cepsa además ha dado un salto cualitativo en los últimos años. La petrolera ha firmado un acuerdo con Masdar para explorar las posibilidades de desarrollar el negocio de renovables internacional al tiempo que desarrolla su primer parque en España y ofrece a los clientes de la compañía el suministro de electricidad y gas. Asimismo, la petrolera estatal de Abu Dgabi, Adnoc, le concedió dos importantes licencias en las que invertir 1.500 millones para incrementar su potencial en exploración y producción y se acaba de sellar el acuerdo para la construcción de una nueva planta química en Abu Dhabi.
Con todos estos pasos dados, la compañía tiene la hoja de ruta trazada para los próximos tres años, lo que ofrece la posibilidad de trasladar a los inversores un plan de negocio claro para el futuro.
Su vicepresidente y consejero delegado, Pedro Miró, anunció en el Congreso de los Diputados un ambicioso plan de inversión de 40.000 millones de euros de 2017 a 2030 que la compañía no ha hecho público posteriormente por expreso deseo de su accionista. Entre los países que figuran en el punto de mira de la petrolera se encuentra en un lugar privilegiado México, donde la compañía está explorando un plan de crecimiento en el negocio de las estaciones de servicio.