
El sector de la gestión de neumáticos al final de su vida útil (NFVU) en España está en un punto de inflexión y avanza hacia un futuro marcado por la valorización de los materiales reciclados y la búsqueda de nuevas aplicaciones. Leticia Saiz, directora de Desarrollo e Innovación de Signus Ecovalor, explica cómo la innovación impulsada desde Signus contribuye a esta transformación.
¿Qué impacto están teniendo las nuevas exigencias del Reglamento sobre diseño ecológico para productos sostenibles?
El ecodiseño es un tema que los fabricantes de neumáticos tienen muy presente y en el que trabajan desde hace años. Aun así, hay aspectos que van a suponer un cambio con un impacto muy positivo, como el pasaporte de producto digital. Esta herramienta es muy importante para poner la información a disposición de los agentes que operan a lo largo de la cadena de valor y se espera que mejore significativamente la trazabilidad del producto.
También ayudará a optimizar la transparencia y el traspaso de información que es relevante para la fase de gestión de ese producto cuando llega al final de su vida útil. Va a permitir que el gestor de residuos tenga un mayor conocimiento de la composición para poderlo valorizar de una forma correcta, además de dar respuesta a informaciones que ponen en entredicho la seguridad para la salud de ciertas aplicaciones como los suelos de seguridad de parques infantiles.
¿Qué se espera tras la inminente aprobación del nuevo Real Decreto de gestión de los neumáticos fuera de uso (NFU)?
Después de 20 años desde el primer RD que regula la gestión de los neumáticos fuera de uso, este nuevo RD a punto de aprobarse recoge nuevos aspectos como es el concepto de ecomodulación estableciendo que, en los casos de cumplimiento colectivo de las obligaciones del productor, la contribución deba estar modulada para cada tipología de neumático de reposición teniendo en cuenta diferentes aspectos.
Se espera que los objetivos de gestión se fijen de forma racional pero sean flexibles de acuerdo al mercado de los materiales. Y se espera que haya una mayor seguridad jurídica para garantizar el correcto tratamiento de los neumáticos de reposición que proceden de los centros autorizados para el tratamiento de vehículos al final de su vida útil (CAT).
¿Qué beneficios medioambientales tiene el reciclaje de neumáticos y cómo contribuye Signus a fomentar la economía circular?
Aunque los NFU no son un residuo peligroso, si no se les da un correcto tratamiento pueden entrañar riesgos para la salud y el medio ambiente. Los neumáticos no son biodegradables y pueden tardar cientos de años en descomponerse. Además, los neumáticos abandonados pueden acumular agua de lluvia, creando un ambiente propicio para la proliferación de mosquitos.
Por otro lado, aunque los neumáticos no son inflamables y requieren una fuerte ignición para iniciar la reacción de combustión, su vertido incontrolado puede suponer un riesgo de incendio. Signus nace con la misión de minimizar y evitar este impacto negativo. Lo hace transformando este residuo en recursos que se puede utilizar en diferentes aplicaciones como superficies deportivas, pavimentos de seguridad o en mezclas bituminosas para asfaltar las carreteras.
La entidad apuesta por impulsar el desarrollo de la pirólisis. ¿En qué consiste este proceso y qué oportunidades ofrece?
Uno de los objetivos de Signus es diversificar las tecnologías de tratamiento del NFVU así como los destinos de valorización de sus diferentes materiales. El proceso de pirólisis es una nueva tecnología que está en desarrollo y que consiste en la descomposición térmica de los polímeros que contiene el neumático en ausencia de oxígeno obteniéndose tres fracciones: una sólida que consiste en un negro de carbono recuperado, una líquida o aceite pirolítico que se puede utilizar en la industria química para sintetizar nuevos productos y una tercera gaseosa que se recircula para aportar calor al proceso.
La pirólisis puede ser una oportunidad para que los fabricantes cumplan los objetivos tan ambiciosos que se han marcado de que en 2050 el 100% de las materias primas que utilizan tengan un origen bio o reciclado.
Además, teniendo en cuenta la restricción de microplásticos que afecta a la principal aplicación hoy en día de reciclaje que es el uso de granulado como relleno de los campos de césped artificial y que a partir de 2031 se va a prohibir su comercialización, el proceso de pirólisis es una gran oportunidad.
¿Cómo afectará esta restricción europea al reciclaje de NFVU?
La restricción de microplásticos añadidos de forma intencionada tiene un impacto directo muy importante en el sector. El año pasado, el equivalente a 35.000 toneladas de NFVU se destinaron al césped artificial. Desde Signus estamos trabajando en buscar nuevas aplicaciones para poder albergar esta cantidad de neumáticos que se quedarán "huérfanos" a partir de octubre de 2031.
Existen fórmulas para evitar la liberación de los microplásticos que, además, están recogidas en una norma elaborada por el Comité Europeo de Normalización CEN/TR 17519. Hace unos años, pusimos en marcha un estudio que consistía en implantar medidas de contención en un campo de fútbol con el objetivo de evaluar su eficacia, llegando a controlar hasta el 97% de los microplásticos liberados al medio ambiente.
Estas medidas de contención consistían principalmente en una barrera perimetral, filtros en la salida de las aguas pluviales o sistemas de limpieza de botas de los jugadores.
El año pasado, Signus lanzó GREENFU, un proyecto basado en el desarrollo de nuevos materiales. ¿En qué consiste y qué aplicaciones tiene?
GREENFU plantea obtener nuevos materiales compuestos por polvo de caucho reciclado y por plásticos, de aplicación en sectores como la automoción y la edificación. Para ello hemos contado con la colaboración del centro tecnológico Aimplas para garantizar la aplicabilidad de estos materiales. Como resultado, se han desarrollado 12 materiales de polipropileno con polvo de caucho reciclado de neumáticos en distintas proporciones viables para usos comerciales.
Nuestro objetivo ahora es explorar el empleo de estos nuevos materiales que incorporan neumático reciclado en la industria de la automoción involucrando a alguna empresa del sector para industrializarlo.
También puso en marcha el proyecto Perseus, que busca diseñar un pavimento sostenible empleando granulado de caucho reciclado. ¿Cómo avanza esta iniciativa?
El proyecto Perseus lo iniciamos en 2022 a raíz de una propuesta de la constructora Campezo a la que se unieron Moeve y Tecnalia y está financiado por el CDTI. El objetivo es diseñar un pavimento poroelástico con granulado de caucho reciclado con propiedades fonorreductoras. Hasta hoy nunca se ha ejecutado un pavimento de estas características. Además, uno de los retos es el uso de un granulado de caucho con un tamaño de partícula hasta ocho veces superior al caucho que suele utilizarse en el asfaltado de las carreteras, en un alto porcentaje de sustitución del árido y que mantenga las prestaciones mecánicas garantizando la durabilidad del pavimento.
En este momento, estamos analizando los resultados obtenidos en el tramo de obra que se ejecutó en noviembre en una zona de la AP8 puesta a disposición por la Diputación Foral de Bizkaia a través de la iniciativa Bizkaia Connected Corridor, y en estos meses elaboraremos las conclusiones dando por finalizado el proyecto en junio.
La entidad trabaja en proyectos para impulsar la circularidad de las fibras textiles. ¿Qué progresos está consiguiendo?
La fracción textil resultante del proceso de trituración de los neumáticos se destina actualmente a valorización energética, principalmente en cementeras. Esta alternativa hace que se desaproveche un material con buenas propiedades acústicas y de absorción de vibraciones apto para diferentes sectores. Además, contiene materiales que pueden recuperarse. Por ello, hace unos años iniciamos un proyecto con el centro tecnológico Gaiker que tenía como objetivo desarrollar una nueva vía que permitiera aprovechar esta fracción textil mediante reciclado químico.
Los resultados obtenidos concluyeron que a escala de laboratorio se logra recuperar las fibras de poliéster de la fracción textil, pero ahora el reto está en poder garantizar el rendimiento y la calidad a escala piloto ya que el alto contenido de caucho que presenta esta fracción dificulta su recuperación.
Cada vez más ayuntamientos apuestan por introducir elementos urbanos fabricados con caucho procedente del neumático reciclado. ¿Cómo evoluciona esta tendencia?
Una de las aplicaciones del caucho reciclado es su empleo como pavimento de seguridad en los parques infantiles, un mercado que está muy consolidado. Sin embargo, hay otras aplicaciones que no son tan conocidas y que generan cada vez más interés entre las administraciones. Esta fue la motivación principal para elaborar la Guía Cityre que recoge los diferentes usos del caucho reciclado en entornos urbanos.
El trabajo realizado para elaborar esta guía ha permitido identificar diferentes usos o aplicaciones, así como recopilar información sobre las principales ventajas técnicas que aporta a los productos como, por ejemplo, absorción de impactos, vibraciones y ruido, alta durabilidad, etc.
De este modo, el neumático, una vez reciclado, puede jugar un papel importante en la transformación de nuestras ciudades, usado como pavimentos de seguridad, superficies deportivas (pistas de atletismo y multideporte, suelos de gimnasio, campos de fútbol), asfaltado de calles, pavimentos urbanos (carril-bici, carril jogging, zona de recreo en escuelas, plazas transitables, etc.), alcorques, bolardos, separadores de carril-bici, etcétera.
Están surgiendo nuevas aplicaciones en sectores como la moda o el paisajismo. ¿Qué iniciativas están llevando a cabo?
Hace ya cinco años, en colaboración con Slow Fashion Next, pusimos en marcha el proyecto Neomatique, una plataforma innovadora para dar visibilidad a productos e ideas de diseño en los que se emplean materiales reciclados procedentes del neumático para el sector de la moda, materiales y centros de investigación o laboratorios.
Las aplicaciones en la moda no van a resolver el problema de gestionar y reciclar el neumático ya que su consumo es muy bajo, pero sí que es una herramienta fuerte ya que actúa como un escaparate para dar visibilidad a lo que se puede hacer con el neumático sirviendo de inspiración para otros sectores en los que el consumo pueda ser mayor.
También destaca la reciente iniciativa presentada por Murarte Global que consiste en transformar los NFVU en jardines verticales capaces de descontaminar el aire reduciendo las emisiones de NOx y embellecerlos entornos urbanos al evitar el vandalismo.
En 2017, Signus empezó a hacer un registro de la huella de carbono y en los tres últimos años ha logrado reducirla un 33%. ¿Qué medidas están llevando a cabo para conseguirlo?
Desde hace siete años, cuantificamos la huella de carbono de nuestras actividades incluyendo no solo el alcance 1+2, sino también el alcance 3. Desde entonces, hemos registrado la Huella de Carbono en la Oficina Española de Cambio Climático (OECC).
Asimismo, en 2020 empezamos a elaborar un plan de reducción que contempla diferentes medidas con las que minimizar las emisiones de CO2 producidas igualmente por las actividades que desarrollamos. Entre estas medidas se encuentra el cambio de flota de vehículos de combustión interna a vehículos eléctricos, además de la contratación de una comercializadora eléctrica con garantía de origen 100% renovable.