Energía

La cruzada de Occidente contra un imperio insancionable: por qué Rusia es el rey del uranio si produce poco

  • El país domina el refino mundial y tiene una red global de suministro 
  • Europa directamente no ha sancionado a Rusia en este ámbito
  • EEUU ya ha iniciado una prohibición que empezará en agosto

EEUU finalmente ha tomado una de las decisiones más complicadas en su guerra de sanciones contra Rusia: poner el foco en el uranio. A pesar de que Rusia no es ni de lejos el principal productor del mundo, un título que domina con puño de hierro Kazajistán. Ni siquiera se ve al país euroasiático en el top 5 pues países como Canadá, Namibia, Australia o Uzbekistán están por encima. Sin embargo, el Kremlin es totalmente dominante en este mercado debido a décadas de ir creando un sólido imperio internacional de la extracción y de todo tipo de infraestructura clave.

Es por este motivo por el que EEUU lleva meses trabajando en unas sanciones que sean efectivas para tumbar este imperio del uranio sin dañar al suministro mundial, que es limitado, en un momento crítico, pues todo tipo de países están viviendo un despertar de la energía. Aunque China y otros asiáticos están siendo los protagonistas, tanto el gobierno como la economía de EEUU se han lanzado a nuclearizar su pool, con un plan para convertir todas sus centrales de carbón en nucleares. Es decir, aunque no haya anunciado nuevos proyectos, el país espera vivir una de los mayores auges de este tipo de energía en todo el mundo.

En diciembre la Casa Blanca lanzó una propuesta llamada 'Prohibiting Russian Uranium Imports act' para bloquear el aprovisionamiento ruso. Sobre el papel, el país euroasiático representa el 12% de las importaciones de uranio de EEUU, sin embargo el uranio enriquecido supone el 24%, siendo el mayor proveedor del país. Este es el motivo por el que cuando finalmente ha salido la ley para prohibir el uranio ruso y que entrará en vigor el 12 de agosto, el mismo texto advierte de que será un proceso lento que culminará en 2028. Desde EEUU quieren ir poco a poco ante los enormes riesgos de desafiar el imperio del uranio ruso.

En el mismo comunicado la Casa Blanca apuntaba al objetivo, la Corporación Estatal de Energía atómica (Rosatom), "los ingresos de las exportaciones de uranio ruso enriquecen a Rosatom y corren el riesgo de reforzar el programa de armas nucleares de Rusia, lo que supone una amenaza continua y grave para la seguridad nacional de los Estados Unidos". Esta institución es ni más ni menos que el corazón de un verdadero imperio que va más allá de las fronteras rusas y que ha convertido el uranio en un bastión del poder económico del Kremlin.

En Europa la situación es incluso más crítica, con el viejo continente incapaz de lanzar sanciones en este frente, pues la mayor cercanía y décadas de contacto ha convertido a Rosatom en un actor fundamental para el día a día de la energía nuclear en la Unión Europea.

Una red construida desde la URSS

Para entender por qué Rusia tiene un enorme peso en la cadena de suministro mundial de la energía nuclear hay que retrotraerse hasta la Unión Soviética. En los años cuarenta, con la segunda guerra mundial tocando a su fin, el país tenía que reconstruirse y la energía era un elemento clave para su futuro. En aquel entonces llegaron a la decisión de que, aunque el país estaba regado de todo tipo de yacimientos de petróleo, carbón u otras fuentes alternativas, el país estaba expuesto pues, según la Agencia Internacional de la Energía Nuclear, el 80% de sus recursos estaban muy concentrados en zonas orientales con gasto de transporte y el temor de que un problema logístico pudiera dejar desabastecidas a sus grandes urbes. "El transporte de combustible suponía el 40% de todas sus movimientos en tren a través de Siberia".

Esta preocupación llevó a que Moscú mirase a la entonces novedosa energía nuclear como la promesa de una fuente segura en caso de problemas logísticos y que, a medida que los campos petroleros fueran secándose, pueda convertirse incluso en la promesa de un futuro con independencia energética. De este modo, el país se convirtió en la vanguardia del desarrollo tecnológico de la energía nuclear comercial con la primera central de la historia puesta en marcha en la URSS (Obiansk) y llegando a tener en 1981, antes de Chernobyl, un pico de de capacidad instalada 18.000 megavatios procedentes de sus centrales nucleares.

En virtud de esta enorme apuesta por la nuclear la URSS primero y posteriormente Rusia ha ido asegurando activos estratégicos a lo largo de todo el mundo para garantizar el suministro de todo tipo de combustibles nucleares y de materiales y tecnología necesarios para mantener vivo el 'sueño nuclear'.

Su empresa centrada en activos fuera de Rusia tiene el 9% del mercado mundial

Esto se ve en menor medida en la producción de uranio directa, la que se extrae a través de sus minas. Si bien Rusia produce 3.262 toneladas (según cifras Rosatom en 2023), cerca del 5% de la producción mundial, la realidad es que fuera de sus frontera Moscú tiene su principal fortaleza. Uranium One, con sede en Moscú, es la filial de Rosatom que lidera las prospecciones en territorio internacional. Concretamente su fuerza reside en Kazajistán, el mayor productor del mundo y en países africanos como Tanzania y Namibia. Esta corporación produce cerca de 4.600 toneladas de uranio, es decir, más que toda la producción del interior de Rusia.

Uranium One, que antaño estaba muy presente en Canadá y Estados Unidos, ha tenido un papel clave en el suministro mundial. De hecho, cuenta con cerca del 9% del mercado mundial, compitiendo directamente con las empresas más grandes del mundo, como la canadiense Cameco, la francesa Orano o la firma pública china CGN. Aunque está muy lejos del enorme consorcio kazajo que se encarga del grueso de la producción nacional (controlando así el 24% del mercado), sitúa a Rusia en el centro del suministro mundial de uranio básico.

El poder del refinado

Sin embargo el verdadero músculo de Rusia no está de Uranium One, sino en su enorme capacidad de refinado. La extracción es solo un parte del proceso y Rusia cuenta con la mayor infraestructura del mundo para refinar Uranio. Concretamente cuenta con un 44% del total después según estimaciones de la Comisión Europea y del Departamento de Energía. Esta última institución afirmaba en un reciente comunicado que esta infraestructura ha permitido que "suministra aproximadamente el 35% de nuestras importaciones de combustible nuclear". En ese sentido desde el departamento son claros y sentencian que "Reconocemos que la transición hacia un abandono del combustible de origen ruso no ocurrirá de la noche a la mañana".

Este es el motivo por el que la prohibición se extiende hasta 2028 y, según señalan, "se estima que las empresas de servicios públicos de Estados Unidos tienen aproximadamente tres años de uranio disponible a través de inventarios existentes o contratos preexistentes. "Para garantizar que nuestras plantas no sufran interrupciones, estamos creando un proceso de exención para permitir que algunas importaciones de uranio poco enriquecido de Rusia continúen durante un tiempo limitado". En ese sentido la ley en la que se impone la prohibición añade una inversión de 2.700 millones para invertir en capacidad de refinación.

La situación en la Unión Europea es mucho más crítica por su mayor dependencia del combustible nuclear ruso y eso hace que estén actuando con más cautela. De hecho, según datos de Eurostat, Europa duplicó sus importaciones de combustible nuclear ruso en 2023. Todo ello a pesar de que el suministro de uranio bruto ha caído un 16%.

Concretando más en los datos suministrados por la propia Rosatom, tanto la firma como sus filiales desempeñan un papel clave. Casi el 17% de las importaciones de uranio, el 22% de la conversión y el 30% del enriquecimiento se cubren con importaciones rusas La energía nuclear representa un 20% del suministro eléctrico del continente, con Francia a la cabeza. Este es el motivo por el que desde Europa Rosatom no ha sido objeto de sanciones, especialmente dado que los ingresos por esta vía para Rusia son mucho menores que otras batallas en las que sí está inmersa Bruselas como el crudo.

Aunque el poder del 'imperio de Rosatom' no va solo de una extensa red de uranio base y un dominio casi absoluto del refinado. Rusia es un elemento clave tanto en tecnología como en centrales nucleares, por lo que es un agente a tener en cuenta tanto en la expansión como en el mantenimiento.

"Los países de la UE no pueden romper por completo su dependencia de Rusia"

Un ejemplo son los reactores nucleares con modelos VVER, (reactores energéticos basados en agua y cuya tecnología data de la URSS). En la actualidad hay 11 países con modelos VVER en funcionamiento fuera de Rusia. Particularmente dentro de Europa están Bulgaria, la República Checa, Hungría y Finlandia. En ese sentido la presencia rusa está garantizada con el mantenimiento y la expansión de estos modelos. De hecho, este país es el mayor exportador mundial de reactores. En particular Rusia está ampliando su colaboración con China que está apostando por una expansión nuclear acelerada.

"La interrupción de los suministros de Rusia sería peligrosa para el desarrollo y el funcionamiento de la energía nuclear en la UE dentro de unos años. En la actualidad, los países de la UE no pueden romper por completo su dependencia de Rusia en varias etapas del ciclo del combustible, especialmente en el enriquecimiento de uranio", comentan los expertos de Forum Energy. "La gran dependencia de esta empresa en todas las etapas del ciclo del combustible nuclear permite a Rusia recurrir al chantaje energético".

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