
Poner ventanas nuevas en un piso, mejorar su aislamiento o cambiar su alumbrado pueden repercutir en millones de euros en ahorro para las grandes eléctricas, gasistas y petroleras. Transición Ecológica fija a estas empresas la obligación de abonar un recorte del consumo de 4,3 millones de MWh al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE) este año, que puede ser sustituido por un pago de 784 millones de euros a modo de compensación. No obstante, el monto final podrá recortarse en más de 100 millones de euros, ya que las firmas se han lanzado a la compra de los Certificados de Ahorro Energético (CAE), que permite comercializar las inversiones energéticas que realicen las empresas y los particulares.
Entre las firmas obligadas al pago se encuentran marcas tan reconocibles como Iberdrola, Cepsa, Repsol, EDP, Naturgy y hasta un total de 706 compañías. Los CAE permiten a estas empresas, obligadas a aportar al FNEE, a realizar el pago al fondo a través de la compra de las rebajas energéticas que hagan otros, a razón de 1 KWh por CAE.
Es el ejemplo de Cascajares, una firma agroalimentaria que introdujo mejoras en su proceso industrial de frío. Con esta actuación, la empresa generó 531.245 CAEs (es decir, un ahorro energético de 531.245 KWh o de 531 MWh). Greenflex, una empresa con licencia para actuar de intermediario, pagó a Cascajares cerca de 45.000 euros para hacerse con sus certificados de ahorro. Por su parte, la firma intermediaria negoció su reventa a TotalEnergies por un precio inferior a 182 euros/MWh, el importe que fija Transición Ecológica como equivalencia económica de aportación al fondo energético. Al final del proceso, Cascajares consigue monetizar su inversión en eficiencia energética y TotalEnergies pagó menos de lo que hubiera tocado aportado al fondo sin CAE.
Cualquier empresa que compre CAEs por menos de 182 euros/MWh estará generando un ahorro neto a su aportación al FNEE. El mercado de compraventa de certificados es libre y, por lo tanto, su precio final dependerá de la negociación de los diferentes actores. Sin embargo, las fuentes consultadas calculan que las energéticas adquieren los CAE en torno a los 120 euros/MWh y los 140 euros/MWh.
La ley establece que de los 4,3 millones de MWh -o 784 millones de euros- que se aportarán al fondo este año, los sujetos obligados a -las energéticas- deberán contribuir de manera forzosa con al menos un 35%. Es decir, deberán de pagar sí o sí el equivalente a unos 274 millones de euros. No obstante, las empresas pueden comprar CAE para cubrir el 65% restante. En otras palabras, podrán liquidar a través de los certificados 2,79 millones de MWh -509,5 millones de euros-.
De esta manera, si las empresas pagan por los certificados a una horquilla de precio medios de entre 120 euros/MWh y 140 euros/MWh, las energéticas pueden pagar tan solo entre 363,23 millones de euros y 391,17 millones de euros -en lugar de los 509,5 millones de euros que deberían de abonar sin recurrir a los certificados y al precio fijado por ley de 182 euros/MWh-. Por lo tanto, las energéticas podrían ahorrarse entre 145 millones de euros y 117 millones de euros de su pago al FNEE este año a esos precios de referencia.
Win-win
Juanjo Calero, Consulting Energy Manager en Leyton Iberia, explica que el sistema es un "win-win" para todos los actores implicados. "Los sujetos obligados [las energéticas] ganan porque pagan menos; los consumidores también porque consiguen financiar parte de sus inversiones en ahorro energético y, ya que no son subvenciones públicas, las administraciones minimizan el gasto público para la descarbonización", afirma el experto de la consultora francesa.
Las fuentes consultadas concuerdan en que el sistema de CAE aspira a revolucionar la financiación de la transición energética. Juan Manuel García, Mánager de Industria y Energía en AENOR, afirma que es un cambio de paradigma. "Antes se recuperaba la inversión a través del ahorro que generaba la eficiencia energética. Los CAEs permiten monetizar parte de ese ahorro en el momento de hacer el desembolso", explica.
Aunque el sistema arrancó en 2023 y se encuentra todavía en fase inicial en España, lleva décadas funcionando en otros países europeos como Francia. El crecimiento, por lo tanto, se presenta exponencial: solo en 2025 y 2026 se prevé que las aportaciones al FNEE, y en consonancia CAE, aumenten un 100% cada año. Agustín Villar, Director de regulación y formación de ANESE, explica que lo interesante del modelo es el crecimiento exponencial de los recursos que moviliza para transición energética. "A partir de 2028 se movilizarán más de 2.000 millones de euros para eficiencia energética en un fondo que hace unos años gestionaba 150 millones de euros de media", concluye