
Toda infraestructura para reducir la dependencia europea del gas ruso es necesaria, según defiende la patronal catalana Foment del Treball, que emplaza al Gobierno de Pedro Sánchez a no renunciar a ninguno de los proyectos con los que España puede incrementar las fuentes de suministro del Viejo Continente, y que pasan por territorio catalán.
Así, pese a la negativa de Francia a completar el gasoducto transpirenaico Midcat, el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, insta al Ejecutivo español a "buscar la complicidad" del futuro Gobierno italiano, que saldrá de las urnas el próximo 25 de septiembre, y del Gobierno alemán, encabezado por el canciller Olaf Scholz, "para que el Gobierno francés no ponga trabas a la construcción del Midcat", porque "ahora es el momento de la gran diplomacia".
Todo ello, impulsando a la vez la conexión gasista submarina con Italia, pero no como "plan B", en palabras de Pedro Sánchez esta semana, sino como proyecto complementario "tanto políticamente como técnicamente". El presidente de Foment reivindica: "No tenemos que partir de la base de que un proyecto sustituye al otro. Son perfectamente compatibles los dos".
Además, sobre la conexión con Italia, la patronal catalana es mucho más optimista que Enagás, que calcula que hasta 2028 no estaría operativa, y lo ve factible en un plazo de dos años. En cualquier caso, desde la entidad empresarial se han puesto en contacto con líderes y autoridades políticas italianas, entre ellas el ex primer ministro del país y presidente del Partido Demócrata italiano, Enrico Letta, para transmitirle que esta es una gran oportunidad para rebajar la dependencia de Europa del gas ruso.
Según Sánchez Llibre, "Pedro Sánchez tiene que liderar sin complejos que España sea el hub de interconexión gasística y de hidrógeno verde más importante del Sur de Europa, tanto desde la perspectiva de hacer realidad el Midcat con la conexión desde Hostalric con Francia, como también la apuesta por la construcción del gasoducto submarino entre Barcelona y Livorno".
Añade que "España tiene que aprovechar la gran oportunidad de almacenamiento de que dispone a través de siete plantas regasificadoras de gas natural licuado, que representan nada más y nada menos que el 50% de aprovisonamiento de la Unión Europea". En este sentido, incide en que la de Barcelona es la más grande del Mediterráneo.